Blog | Grandes artistas y grandes iconos
La página web de la revista Vogue UK (www.vogue.co.uk), ha preparado un ranking con los 100 estilos de cabello más populares de todos los tiempos, una lista que incluye nombres del cine, modelaje y cultura popular. Mujeres de todo el mundo que hicieron suyo algún peinado o corte de cabello fueron consideradas para la ocasión, y el primer lugar mostró las ondas seductoras de Veronica Lake, actriz cuya cabellera siempre está en boga a la hora de pensar en glamour. Louise Brooks, actriz símbolo de las flappers, también aparece gracias a su melena ultra corta con flequillo en color negro
¿Qué tienen en común mujeres de distinta época como Twiggy y Liza Minelli con Naomi Campbell y Kate Moss? Todas ellas, a pesar de sus diferencias generacionales, usaron alguna vez un diseño de Ossie Clark, el talentoso diseñador británico que supo cómo hacer felices a las mujeres de los años 60 y 70 y cuyos diseños siguen volviendo locas a las amantes del vintage.
Claramente existen artistas que llevan su arte a tal extremo o que hacen de este algo tan sublime que se consagran en torno a él y a su trabajo. Otros se mantienen mientras disfrutan de su éxito; y otros aprovechan la fama y su poder para involucrarse en la sociedad en la que viven y hacen algo, compartiendo su arte con la lucha social. Esta última es la situación de Joséphine Baker, la bailarina de espectáculos de variedades, la extravagante mujer de los años 20’ que llegó a remover los iconos de belleza y de las “Show Women”.
Mientras la moda devela sus principales figuras a través de la historia, también destaca aquellos que prevalecieron más allá del trabajo legado en películas. Algunos como Cecil Beaton no se conformaron con sacar fotografías en Vogue, ganar el Oscar por su vestuario en “Gigi” (1958) y “My fair lady” (1964) o aparecer en la prestigiosa lista de los International Best Dressed de Vanity Fair en 1970; no, para Beaton su curiosidad y talento lo llevó a figurar incluso en la dirección de Arte de cintas y la decoración de interiores, además de ayudarlo a convertirse en un verdadero Sir por
Hay marcas que han sido responsables por el florecimiento o popularidad de un lugar y otras son sinónimo de ciertas épocas. El Londres de los ’60 se convirtió en el epicentro de la moda, la música y la cultura en general, y Biba en su marca de ropa más reconocida. Barbara Hulanicki, una diseñadora de origen polaco asentada en Inglaterra, impulsó en 1964 su primera tienda de ropa bajo un concepto de innovación y precios bajos, fórmula que la llevó al éxito absoluto en Kensington. Pronto, desde los Rolling Stones hasta Marianne Faithfull, pasando por David Bowie o Twiggy, todas
Joan Crawford con un espectacular traje de Adrian para la película Dancing Lady, 1933.
Ya sea como Adrian Greenberg, Gilbert Adrian o simplemente Adrian, Hollywood nunca conoció alguien tan glamoroso a la hora de confeccionar un vestuario para sus estrellas. Encargado directo de aportar con el glamour que la Garbo, la Harlow, la Crawford o Katharine Hepburn emanaron en sus años de gloria, Adrian asistió a los inicios de la Parsons School en Nueva York, y se trasladó a perfeccionar sus artes a París en 1922. Gracias al llamado de la esposa de Rodolfo Valentino, Natasha Ramvova, consiguió un lugar en
La actriz Dorothy Lamour en un vestido de Edith Head (Jungle Princess, 1936)
El vestuario forma parte importante en el proceso de caracterización de un personaje, y nadie lo hacía mejor en el cine que Edith Head. No solo fue una de las primeras vestuaristas en trabajar tomando en cuenta los gustos y opiniones de las estrellas, sino también en adaptar las figuras de cada década a las tendencias que iban apareciendo. Su fama y apreciación por parte de actrices como Elizabeth Taylor, Grace Kelly o Natalie Wood la tuvo incluso entre las primeras figuras de un estudio que podía trabajar
Lejos de su trabajo más conocido durante los últimos años, el que aportó con la película “Marie Antoinette” (2006) de Sofia Coppola, la legendaria vestuarista Milena Canonero tiene un prontuario versátil y que ha sabido trascender en base a múltiples series y películas. Sin ir más lejos, ese llamativo atuendo que marcó los años ’80 en el cuerpo de los detectives Crockett y Tubbs en “Miami Vice” , fue obra de Canonero: chaqueta de terno, pantalón más relajado, polera a tono y mocasines sin calcetines, tal cual lo llevaron miles de admiradores de la moda de aquella serie. Pero Canonero