Con 23 años, DrefQuila es una de las figuras del trap chileno más reconocidas y queridas por el público. Y como muchos exponentes de la música urbana, su carrera no solo está marcada por hits tras hits, sino también por el vestuario y el estilo. Como muy pocos, posee conocimiento sobre el tema y una opinión certera. Y es que observa todo lo que pasa en los fashion shows de las grandes firmas, lee sobre tendencias, y está consciente de las problemáticas que acarrea la industria de la moda en la actualidad. Es esa pasión la que plasma en su marca Bees and Honey (BAH), y en las letras de sus canciones, como “Me entiendes”, donde afirma sin titubeos “Ya tengo de todo lo que había soñado algún día en el clóset tener”.
¿Cuáles son esas prendas?
¡Wow! Tengo ropa muy cara que hace cuatro años ni siquiera podría haber pensado en comprar, cuyo precio no le puedo decir a mis papás porque se enojarían conmigo; zapatillas que por el mismo valor, antes me podría haber comprado diez pares. Y creo que soy el trapero chileno que más cosas Louis Vuitton tiene. También prendas de Nike y de Adidas Yeezy, porque Kanye West es mi ídolo.
La música suele estar relacionada con el vestuario, ¿qué tan importante es la moda para ti?
¡Uf! La moda es mi manera de relacionarme con el mundo, es otra forma de expresarme, es que todos nos sentimos identificados con diferentes tribus estilísticas. La moda es una de las vías que tengo para encontrar una identidad y para relacionarme con la sociedad, y no solo al vestirme, sino que el hacer moda es una forma de comunicarme sin cantar.
¿Cómo definirías tu estilo?
Es color pastel, oversize, minimalista, y a veces, cuando me da la gana y me acuerdo, es disruptivo. Pero generalmente es sobrio, muy de prendas esenciales, siempre menos es más.
¿Cuáles son esas prendas esenciales?
Los buzos, como Jerry Lorenzo de Fear of God, soy malo para usar jeans, y en ese sentido siempre me hacen pebre (ríe). El hoodie también, tengo camisas, chaquetas, poleras, ¡de todo! Pero como dice Bad Bunny, “siempre con hoodie puesto, aunque no haga frío”. Antes me gustaba mucho usar reloj y cadenas, pero ahora voy sin nada, para que luzca la prenda. Los traperos y reguetoneros todavía miran mucho para gringolandia, en el sentido de que los grandes usan cadenas y tienen mil anillos, pero yo creo que esto se trata de buscar una estética propia y reventarla.
¿Quiénes son tus referentes?
Me gusta mucho lo que está haciendo Kim Jones en Dior; también Cactus Plant Flea Market, que es súper streetwear, su fundadora es Cynthia Lu y están apadrinados por Pharrell Williams, quien tiene una visión muy característica y está conectado con los millennials, sabe lo que quieren. De Japón me encanta Yohji Yamamoto e Issey Miyake, que trabaja con pliegues y la estructura de la prenda, lo encuentro una locura. La marca Ambush es buenísima, creo por ahí va mi inspo, quizás mañana cambie, pero ahora es eso.
Los japoneses son súper adelantados en cuanto a moda.
¡Adelantadísimos! Me encantan, borraron la barrera del género en la ropa hace mucho rato, eso que ahora es trend, los japoneses hace 200 años ya lo sabían.
BEES AND HONEY
Cuéntame, ¿cómo nace BAH?
La idea nace hace dos años, pero llevamos uno funcionando. Me crié en el Valle del Elqui, en el campo, y un día un familiar me dijo que sin las abejas se extinguía el mundo, siendo un niño no podía creer cómo algo tan pequeño podía ser así de importante. Y más grande, me enteré que la miel es el único alimento que no se pudre, y que a los faraones los enterraban con miel en su féretro porque les podía acompañar en su descanso eterno. Lo que estoy haciendo con BAH es trascender como la miel, y quiero ser igual de importante que una abeja.
Tu ropa es más que solo merch, ¿qué te inspira para crear los diseños?
Partimos por la premisa de que no debían tener mi cara porque después me voy a hacer viejo y mi cara no va a vender (ríe). Es más difícil que no diga DrefQuila en todos lados, pero es mejor porque se consagra un concepto, casi todas mis prendas llevan un mensaje, en la onda filosófica, de creatividad; no gira en torno a un logo. Hago mis propios diseños y me inspira lo que leo, sobre ingenio, marketing, publicidad; todo puede servir. También me inspira la naturaleza, trato de incluir flores, hace tres años me vine a Santiago, a esta ciudad gris, entonces en las prendas está ese verde que vive en mi corazón desde la infancia.
Y además son piezas exclusivas.
Dentro del modelo de negocio que tenemos, está el no volver a sacar una prenda, damos exclusividad de verdad. Va a ser difícil que encuentres a una persona con el mismo polerón y eso le da otro valor.
También tiene relación con el slow fashion, ¿que opinión tienes al respecto?
Totalmente. Imagínate decir que no maten a las abejas, estar con la naturaleza y hacer mil poleras cada semana, sería una estupidez. Soy consciente de que para hacer algodón se necesitan muchísimos litros de agua, no están tocando a las ovejitas, pero el agua se va. En Chile todavía no están los recursos como para desarrollar telas amigables con el medio ambiente, y si lo están son para la gente que produce en masa, yo aún no estoy a ese nivel. Mi manera de combatir es hacer menos prendas, y no me rijo por las temporadas, a mí se me ocurre una polera y la lanzo en lo que el taller se demore en tenerla.
Desde tu visión, ¿hacia dónde va la industria de la moda?
Hacia el genderless. Cuando pude comprarme ropa en Louis Vuitton o Gucci, en la sección de hombre había maniquíes vestidos con “ropa de mujer”, y lo encontré genial. Es lo que tenemos que mirar las marcas que estamos iniciando. Y va también para lo sustentable, el slow fashion y la ropa con concepto. Virgil Abloh dijo que el streetwear iba a morir porque todo apunta a una alta costura de precio asequible. En Chile debería haber una industria más enfocada en el marketing de la moda, a veces se lanza una prenda con la foto y ya, no le damos historia; aquí hay muchos diseñadores talentosos, pero necesitamos saber cómo mostrar esas ideas.
Volviendo a las grandes marcas, ¿con cuál te gustaría colaborar?
¡Nike! Empecé en esto de la moda como a los 20, me metió mi mejor amigo, sino seguiría vistiendo como un hippie skater rockero que no entiende para dónde va la cosa (ríe), y partí con Nike cuando me enamoré de las zapatillas. De la alta costura me gustaría colaborar con Louis Vuitton, podría hacer algo muy loco con las abejas, sería hermoso.
En lo musical, ¿qué se viene para el 2021?
Se vienen colaboraciones, necesito probar con nuevos artistas que le den frescura a lo que creemos. Ya está todo muy trap y reggaetón, me quiero desmarcar un poco de ahí y experimentar, quizás no resulte y pierda a todos mis fans, o quizás me hago millonario (ríe).
Bueno, dicen que la fortuna favorece a los valientes. Y con BAH, ¿qué estás preparando?
Iremos más lento para tener una visión de lo que viene, y será más lúdico con el público, quiero crear un panal, no solo vender ropa. Que la gente pueda compartir su arte, su música, sus cuadros, sus métodos de creación, dibujos; tener una comunidad creativa inspiradora que ayude a la gente, recopilar historias de todos lados. Se viene un BAH con más contenido.
Fotos: ig @dref_kun.