Conocí a Françoise Hardy cuando me enamoré del estilo vintage de los ’60. Al igual que muchas personas, la exploración adolescente me llevó a un lugar lejano y retro con el que me sentí más cercana que en cualquier parte. Entre mujeres ye-yé usando mini faldas, Courrèges y Cardin, Hardy me habló con una sinceridad que iba más allá de la belleza. Si, usaba mini faldas y looks de diseñadores como Yves Saint Laurent y Paco Rabanne pero lo suyo era un estilo innegable, que también dialogaba con una idea masculina que acomodaba entre trajes sastre, chaquetas de cuero y pañuelos. Y al igual que Jane Birkin, Brigitte Bardot, Anna Karina o Sylvie Vartan, Françoise influenció a tantas famosas que es imposible negar que su esencia sigue y seguirá allí.
“Aquí estoy frente a ti, diciéndote que te amo” es una frase que forma parte de mi canción favorita de la cantante francesa, Voilà. Cuando la escuché en la película “Rosy” (2018) estaba en París, tratando de vivir mi propia fantasía de chica ye-yé sin el canto o la guitarra pero con los puentes de la ciudad como testigo. A pesar de la popularidad de algunas de sus canciones, la Hardy no temía en despojarse de cualquier inhibición para hablar sobre el amor, la amistad o la vida, con ojos sinceros y letras que no tenían necesidad de adornos. Era amiga de Dylan, Jagger y Gainsbourg, pareja del famoso fotógrafo Jean-Marie Pèrier -quien retrató toda su juventud musical-, y luego del cantante y actor Jacques Dutronc, con quien tuvo al cantante Thomas. Su acercamiento a la fama iba y venía pero su estilo, actitud y especialmente música nunca fueron olvidados.
Si miramos entre sus herederas, las mismas chicas francesas que todas quieren ser, los detalles de su look siempre están presentes. Son los accesorios, los colores y la biker de cuero, pero especialmente ese ir y venir entre lo más pomposo y lo más sencillo. También están las otras herederas, esas it girls que se inspiraron fuertemente en ella y todas las chicas retro para armar sus universos, ya sean Alexa Chung o la propia Kate Moss. A pesar de su muerte, siempre veremos la esencia de su atrevimiento, ese que la llevó a despegarse de los productos más comerciales de la era y mantenerse firme como la melancólica mujer que deslumbró a artistas, actores y a un público que la sigue a pesar de esa distancia de tiempo y espacio.
Fotos: Vogue, Runway, Pinterest.