Hablando de estética y géneros con Rucitama, cantante chileno a tener en cuenta

Hablando de estética y géneros con Rucitama, cantante chileno a tener en cuenta

A los 11 años pensó en su futuro y así se dio cuenta que quería ser . Ha estudiado por cuenta propia y creado melodías por más de diez años, bajo el único nombre con el que quiere ser identificade: Rucitama (“Es el nombre con el que vivo mi vida, hasta mi familia tiene instrucción de utilizar ese nombre y lo respeta“). Lo cierto es que la originalidad y una marcada por los tatuajes es lo que vemos en sus presentaciones, donde se vale de una , su voz y pequeñas grabaciones para acomodar la atmósfera que sin lugar a dudas salta desde la melancolía hasta la contingencia.

“Llegué a ser cantante porque aprendí a tocar guitarra y se dio natural que empezara a cantar a partir de ahí. Siempre me gustó la música, siempre he sido una persona rítmica y melódica; hubo un momento en el que decidí tomarlo en serio y graciosamente está relacionado con una de Shakira, que comentaba que a los 8 años había decidido ser cantante. Yo tenía unos 11 y me quedé pensando en las cosas que quería hacer, no tenía nada claro pero sabía que la música me gustaba mucho. Nunca llegué a estudiarla, mi educación fue en un colegio municipal donde la educación musical era muy deficiente, todo lo que sé y todo lo que he hecho ha sido por inquietud propia, hasta el año pasado que comencé a tomar clases de canto con una soprano maravillosa que me ha ayudado a trabajar mi voz en otros niveles que antes eran inimaginables para mí”.

-Hoy vivimos en una sociedad especialmente abierta a la diversidad. En tu caso, ¿cómo ha sido el visibilizar que eres ?

Personalmente siento que la sociedad está abierta a nuestras diferencias a nivel discursivo principalmente y en lo práctico somos las mismas personas trans las que nos quedamos masticando nuestra ansiedad y lidiando con el mal uso de nuestros pronombres, por ejemplo. A veces nos cansamos hasta de corregir porque las personas se ofuscan, no entienden que para nosotres es muy importante que nos nombren bien, que nos traten como queremos que nos traten en vez de como nos perciben. El otro día estaba pensando en cómo explicarle con un ejemplo paralelo a una persona heterocis sobre este sentir y es imposible, no hay un paralelo cisgénero (cisgénero es un término utilizado para nombrar las identidades cuyo género se condice con el diagnóstico médico sobre su sexo), y la única forma de entender nuestra forma de vivir la realidad es la práctica de la empatía. En la misma introducción de esta entrevista se me pregunta sobre mi nombre “verdadero” y mi nombre verdadero es Rucitama; yo soy una persona verdadera más allá de que eso se condiga con lo que mi cédula de identidad diga.

-Con el contexto socio político actual que vivimos, ¿cómo ha sido la inspiración para tus canciones, tiene algo de ello también?

En el último tiempo ha estado difícil escribir cosas porque lo único que he podido hacer con toda la incertidumbre y la violación sistemática de los derechos humanos es escribir barricadas. Hice una canción que se llama “Llamado de emergencia” donde, además de hablar sobre la situación actual desde la revuelta, vibro en los tonos más graves que soy capaz de interpretar porque la situación ha sido gravísima. Fue escrita mientras estaba vigente el toque de queda e intenta reflejar un poco la angustia y desesperanza que el Estado a través de sus milicias y policías le generó al pueblo, pero al mismo tiempo tiene consignas claras en la misma letra, donde planteo mi deseo de incendiar la Constitución, por ejemplo. Desde siempre mi trabajo musical se proyecta como un memorial; tengo canciones que hablan sobre el asesinato de Mónica Briones por ser lesbiana el ’84, sobre el incendio homofóbico de la Divine el ’93, sobre el ataque homofóbico a Daniel Zamudio, sobre las personas caídas en la lucha contra el VIH e incluso tengo una canción sobre la historia de David y Jonatán, que es una historia de amor homosexual presente en la Biblia, directamente desde el Antiguo Testamento; todo esto porque reconozco en la música el potencial de documentar nuestra historia y testimoniar nuestra realidad.

-¿Cómo ves la escena musical en Valparaíso y también en general si nos referimos a lo alternativo emergente?

La verdad es que me ha costado entrar en una suerte de escena de Valpo, está lleno, llenísimo de funaos por todos lados y a estas alturas prefiero restarme de espacios en vez de compartirlos con personas que no respeten a les demás. He tenido ocasión de presenciar eso sí espectáculos maravillosos y conocer a un puñado de personas que me han inspirado mucho y que de seguro por la naturaleza de su trabajo permanecen fuera del foco del periodismo y de los medios de comunicación. Quisiera nombrar a Gorkai (quien trabaja de forma multidisciplinaria con varios instrumentos y formatos), Marea Idria (que hace música electrónica muy onírica con una voz deslumbrante), Pezones Rotos (con sus teclados disidentes), Cardo Mayi (maravilloso acordeonista con marcada influencia cabaretera), K9999 (quien trabaja con máquinas eléctricas y análogas el noise), Estupor (el proyecto musical de Igor Ruz, un ilustrador gore, censurado en varias ocasiones por la crudeza de su trabajo), Ton8kyo (que acaba de lanzar un dembow antiespecista) y Kinoko (con una suerte de “tontipop” maravilloso); estos proyectos me han sorprendido en Valparaíso desde que llegué a vivir aquí hace un poco menos de dos años. En general me incomoda cuando se habla de “emergente” porque aún me cuelgan de esa categoría a pesar de llevar más de 10 años cantando ¿De dónde estoy emergiendo? ¿Desde dónde estoy saliendo al mundo? ¿Hacia dónde salgo? Estas preguntas están parafraseadas de Dadalú, quien siempre tensiona la labor musical pues está dentro del mundo de la música pero al mismo tiempo fuera, y es el precio que pagamos quienes preferimos conservar nuestra libertad creativa y hablar sobre lo que queremos hablar en lugar de preocuparnos por poder vender lo que hacemos; suena contraproducente pero es mil veces más gratificante.

-¿Cuál ha sido hasta el momento tu canción propia favorita y por qué?

Eso siempre va cambiando porque la creación es un proceso y se va releyendo (re-escuchando) mientras ocurre. Me gusta mucho “Cometa” porque es un desafío, es la canción que tiene la guitarra más difícil de las que tengo y también he andado rayándola con “Criminal” porque cuando la canto en vivo cito a “Criminal” de Natti Natasha, de Britney Spears o Fiona Apple según el ánimo que tenga, y me divierte mucho poder cantar una canción que se llame “Criminal” mientras me robo fragmentos de otras canciones tocayas.

-En estos diez años de carrera, ¿cómo has visto tu camino musical y estéticamente?

Hace unos días, con motivo del lanzamiento de mi último disco, estuve recopilando fotos de mis presentaciones y pude reconocer varias cosas. Inicialmente tenía una estética muy despreocupada y cantaba sólo a voz y guitarra; con el tiempo he ido puliendo tanto lo estético como lo acústico y el tiempo me ha dado un sentido distinto del espectáculo. Antes me ponía cualquier cosa y salía con cualquier guitarra, ahora preparo un espectáculo y un vestuario dependiendo de la ocasión. Aprendí que la música se trata de sincronizar sonidos y hay que sincronizarse con los lugares donde se lleva el trabajo que se desarrolla. Me importa mucho la estética, pero no más que el sonido que estoy realizando, equilibrar ambos campos ha sido el desafío del último tiempo porque obvio que quiero verme bien, pero también tengo que tener suficiente comodidad para cantar con soltura porque no sólo canto con la garganta, sino con todo mi cuerpo.

-¿Quiénes podrías indicarnos como tus iconos favoritos en cuanto a estética?

Me cuesta un poco responder esto en una sola línea de trabajo porque creo que la estética está en todas las cosas. Voy a tratar de nombrar primero a gente que me inspira desde lo visual/estético y luego algunos referentes.

Me inspiro mucho en las artes travestis; me gusta mucho la estética de Betty Rotten (@experienciarotten), también alucino con el trabajo de Anna Balmánica (@basmanicx) cada vez que le veo siento que no me sé maquillar. Disfruto mucho también del encanto de quienes componen la House of Trinity (@house_of_trinity), una casa de vogue de la Quinta Región que hacen del movimiento una estética y canalizan la belleza a partir de cómo mueven sus cuerpos. Me gusta mucho el trabajo fotográfico de mi amigo Lester Villarroel (@lester_villarroel), con quien tuve la oportunidad de colaborar para mi último disco y las visuales de mi más reciente y también me gustan mucho las ilustraciones que realiza Noir Yaguara (@noiryaguara), porque tienen la mezcla perfecta entre lo crudo y lo tierno. Por supuesto que soy eternamente influenciade por el trabajo tanto estético como conceptual de Hija de Perra y Pedro Lemebel (durante y después de su participación en las Yeguas del Apocalipsis). También me he construido con la invaluable influencia de Juana Molina, Juan Gabriel, Liliana Felipe, Christina Rosenvinge y Beth Ditto, quienes además de realizar música excepcional desarrollan una estética muy auténtica y particular. Verles me ha ayudado a entender que todes podemos canalizar la belleza de formas distintas.

-¿Qué se viene en tu futuro musical?

Ayer mismo (jueves 12 de marzo), lancé en vivo las canciones de mi último disco que comenzará a venderse próximamente por mis redes virtuales. Voy a sacar una primera edición sólo con las copias que se encarguen porque no quiero generar más plástico del que efectivamente se venda, y cada copia va a estar firmada y seriada a mano para darle mayor valor al trabajo que realizo. Espero que se vengan muchos conciertos porque mi lugar favorito es el escenario, aunque entre el coronavirus suspendiendo recitales y el hecho de que no tengo la cobertura mediática que quisiera, lo hacen todo un poco más difícil.

-Dinos una canción, un icono y una película que te inspiren.

Probadita de eternidad de Liliana Felipe, Lana Wachowski y Pollitos en Fuga.

Fotos: Lester Villarroel, Instagram @rucitama

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Andrea Martínez Maugard
Andrea Martínez Maugard
Periodista y Magister en Comunicaciones, Editora en Jefe de VisteLaCalle. Ex creadora de Martirio's Way, un blog que unía moda, música y cine y que ahora lo encuentras en Instagram como @martiriosway. La historia de la moda y críticas es lo que me mueve en VisteLaCalle.

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