Son pocos los couturiers que a pesar de contar con un entrenamiento clásico, justamente inserto en la tradición misma de la alta costura, busquen su propio camino fuera de ese terreno tradicional. Entre los precursores rebeldes tenemos por supuesto a Balenciaga, quien buscó las formas más simples del japonismo para inspirarse; Pierre Cardin, quien también buscó horizontes orientales y espaciales, además de Courrèges. Pero si alguien redefinió lo que significó el espectáculo haute couture de París desde fines de los años ’70 fue Manfred Thierry Mugler, quien a través de su casa Thierry Mugler -hoy solo Mugler-, convirtió a la mujer en un ser extraordinario, apropiándose de fantasías y glamour, de homenajes que incluyeron mucho más que un vestido brillante y escotado. Y a propósito de su sentida muerte este pasado fin de semana, no podemos dejar de recordar cuáles fueron sus principales contribuciones a una industria que ya no tiene mucho de ese factor espectacular (salvo Piccioli y Roseberry, por supuesto).
-Escenarios e inspiraciones de fantasía: La lucha libre, el estilo automotriz de Detroit en los ’50, el arte a su propia manera, el futuro; para Mugler no existían límites. El francés, que comenzó a diseñar en 1973 bajo la marca Café de Paris, supo sorprender a la prensa y a las propias modelos, quienes incluían siempre un acting especial para su pasarelas.
-La revalorización de lo clásico para una nueva era: El ex bailarín tomaba elementos del pasado para encantar a las nuevas generaciones, quienes admiraban con la boca abierta vestidos de grandes volúmenes y chaquetas ajustadas de hombros muy marcados. Lo cierto es que su influencia iba desde el cine clásico como Metrópolis de Lang hasta el vestuario de Adrian en el cine, divas de los ’40 y ’50 en su prontuario.
Looks de la colección Spirale Futurist F/W 1978-79
-Imaginando el futuro: Si bien el futurismo en la moda ha estado presente desde el Space Age de los años ’60, los ’80 en Mugler significaron también explotar el lamé plateado y dorado para beneficio de un universo futuro increíble. Junto a Claude Montana, rediseñaron el cuero y las chaquetas para darles espectacularidad a los años venideros.
-La mujer, más que un ser “cotidiano”: Para Thierry la mujer era el centro de todo. Su vida y silueta iba acompañada de una exploración superior, una que la convertía en una heroína convertida en todo tipo de seres. Insectos y mariposas de caparazones brillantes, divas del neorrealismo italiano, robots glamorosos y obscenos. Y por si fuera poco, una Venus que se asomaba como perla en uno de los guiños más famosos de la moda al arte y lo camp.
-Mujeres famosas como modelos: Pese a que no es una novedad, para Mugler el glamour iba de la mano con rendirle homenaje a sus idolas invitándolas a la pasarela: ahí vimos a Tippi Hedren -la protagonista de “Los pájaros” de Hitchcock-, Diana Ross y su hija Tracee Ellis Ross, Carmen Dell Orefice antes que explotara nuevamente, la socialité neoyorquina Diane Brill, hasta Ivana e Ivanka Trump. Pero las modelos clásicas como Marie Helvin y Jerry Hall fueron quizás las más famosas en sus pasadas, junto a Violeta Sanchez, en desfiles que incluyeron hitos como el club kid y maquillador Kabuki transformado en una lámpara de lágrimas mucho antes que Katy Perry.
-Diseño integral: Antes de ser diseñador, Mugler fue fotógrafo y bailarín, dándole una dimensión más completa a su paso por la moda, mucho antes que Lafergeld. Y con escenarios de grandeza enmarcados en una especie de grandes planos, vemos publicidad de su marca bajo monumentos e imágenes donde parece que los trajes no eran simplemente el foco, sino su visión completa.
-Apoyo incondicional al mundo LGBTQ+: Constantemente invitando a exponentes de diferentes lugares artísticos, Mugler incorporó a las disidencias sexuales a sus shows desde el primer día. En sus pasarelas vimos a la icónica y andrógina punk Edwige Belmore, al club kid y hoy maquillador de la moda Kabuki, pero uno de los momentos más recordados fue la visita de Iman, el diseñador Adrian Alicea y el icónico bailarín de voguing Willie Ninja a Rusia; en Moscú, uno de los lugares donde existe una fuerte discriminación oficialista contra el mundo queer, el trío fue fotografiado por Mugler llevando sus diseños y desafiando cualquier norma.
-Vistiendo a famosos: Como todo buen couturier, Mugler contaba con varios artistas vistiendo sus diseños desde el primer día. Grace Jones abriendo sus pasarelas en los ’70 y David Bowie en Saturday Night Live -junto a Klaus Nomi- fueron algunos, mientras Lady Miss Kier de Deee-Lite hasta caminó en sus shows. Además de Diana Ross fueron divas actuales las que lo redescubrieron y se enamoraron de su glamour: Beyoncé lo fichó como Director Artístico en 2009 desempolvando sus clásicos diseños, Lady Gaga hizo lo mismo y luego Cardi B y Kim Kardashian.
Fotos: Pureglam, Europeana, Instagram.
