Turban Girl, influencer: “No hay consumo sustentable bajo el capitalismo”

Turban Girl, influencer: “No hay consumo sustentable bajo el capitalismo”

¿Cuáles son los elementos que convierten a una persona en un referente actualmente? Lo primero es que su cara y vida despierte interés en quienes no la conocen personalmente. Lo segundo es que su forma de ser sea identificable e imitable. Lo tercero es que su imagen se haya hecho tan reconocible que pueda usarse como temática de una fiesta… Bueno, todo esto ya le pasó a Turban Girl. Javiera Mieres (Santiago de , 1996), más conocida como Turban Girl (@turbangirll), se hizo conocida en redes sociales por diferentes motivos. Para algunos fue su personalidad dispuesta a compartir su día a día sin mucho filtro. Para otros, por formar parte del grupo de amigas/ “Mamadoras”. Para la mayoría fue su manera de vestir, considerada por cientos de usuarios como rara, extravagante o, directamente, fea. Cualquiera sea el caso, lo cierto es que todo lo que publica Turban Girl es consumido, compartido y comentado, convirtiéndola así en lo que muchos desean y pocos consiguen: ser un referente actual.

¿Cómo prefieres que te digan, Javiera o Turban?

Me da lo mismo, como quieras.

 

Antes de convertirte en Turban Girl estudiaste Derecho en la Universidad de Chile. 

Sí.

De hecho, fuiste Ayudante de Derecho Civil, Consejera del Departamento de Derecho Privado y Tutora de Filosofía Moral. 

Muy bien informado [se ríe].

 

¿Qué te hizo estudiar esa carrera y luego dedicarte a la creación de contenido?

Estudié Derecho porque siempre tuve una conexión con el lado humanista y me iba bien en el colegio, me gustaba estudiar y Derecho era como lo que más se acomodaba a eso. Sin embargo, a lo largo de toda mi vida he tenido también una conexión con una cuestión más creativa, más artística, siempre estuve muy en esa dualidad, así que cuando empecé a ser influencer y se pudo ver como una posibilidad real dedicarse a eso, inmediatamente tomé la decisión de dejar de ejercer. 

¿Cuánto rato ejerciste como abogada?

Como seis meses, pero cuando estuve en la universidad estuve tres años procurando. A mi siempre me gustó la carrera pero cuando fui ejerciéndola sentía que estaba perdiendo la oportunidad de poder hacer otras cosas creativas por estar en una oficina, me atrapaba la idea que el trabajo de abogado fuera poco flexible. El que yo tenía en ese momento en la Corte de Apelaciones era 100% presencial, de 8 a 5, muy de oficina tradicional y sentía que estaba perdiendo la oportunidad de poder dedicarme a lo otro, pensaba todo el día que podría estar haciendo un video. Fue muy satisfactorio poder renunciar y dedicarme a esto en un 100%.

¿Crees que existen algunas similitudes entre el mundo académico y el de influencer?

Creo que sí porque la Academia es algo en lo que uno trabaja muy en solitario, en la investigación, el desarrollo de hipótesis, la lectura y el mundo artístico también es un poco así, es mucho de esa cuestión de estar con uno mismo dejando fluir la idea.

¿Cuáles son tus referencias de ?

Genuinamente, no estoy en busca de referencias. Creo que soy una persona muy alegre, juguetona y eso se traduce en mi ropa, pienso que mi inspiración viene de tratar de reflejar mi personalidad a través de mi ropa y creo que los colores me inspiran mucho, las flores, los paisajes, la florescencia, los colores pasteles, es muy abstracto.

Una vez dijiste que una de tus grandes referencias era la influencer mexicana Maria Bottle.

La amo pero más en términos de hacer contenido que en cómo me visto. A la hora de elegir mi ropa soy muy independiente, individual y no miro mucho para afuera, aunque obviamente es imposible abstraerse completamente de las tendencias y del mundo. No uso Pinterest, no busco tendencias de ropa, pero consumo mucho contenido de influencers.

¿Por qué crees que se producen tantas reacciones viscerales frente a tu contenido?

Creo que es porque me visto de una forma que no es muy común, aunque tampoco encuentro que sea lo más rupturista del mundo. Creo que a la gente le choca que yo salga con este tipo de ropa a la calle y que no sea parte de una performance en un escenario o una pasarela, que es donde se ve más este tipo de prendas. Creo que a mucha gente le molesta que no tenga un significado más profundo el que use ropa llamativa, que no tenga un motivo en específico. Siento que la sociedad chilena tiende mucho a encasillar y mi contenido no les hace sentido en esas casillas. “¿Dónde la ponemos a ella?”, “¿por qué se viste así si no es un payaso?”, “encasillemosla como ridícula, como algo que es absurdo, que es humor, porque no puede ser que esto sea , porque la no es así”. Yo no me encuentro el bicho más raro del universo pero confieso que busco un poco eso, o sea, a mí me gusta hacer ruido, a mí me gusta tratar de transmitir el mensaje de vístete como quieras, si quieres ponerte un peluche en la cabeza, póntelo. Suena snob pero creo que todo esto funciona porque estamos en Chile porque quizás yo no llamaría tanto la atención en Europa o Nueva York. A mí como influencer me sirve esta sociedad que en términos de vestimenta no se atreve tanto a salir de la norma, llamo la atención, puedo transmitir un mensaje, puedo ser influencer, puedo tener una plataforma.

A diferencia de la mayoría de las influencers, tú has generado una relación de trabajo prolongado con una diseñadora en particular, la chilena Lian Gallano (@turisssta). ¿Cómo surgió ese vínculo?

Nos conocimos a través de las redes sociales en 2022 a raíz que yo pregunté quién me podía confeccionar algo para Lollapalooza. Ella me dijo que estudiaba Diseño y que aún no terminaba la carrera pero que estaba dispuesta. Siempre fue muy propositiva e igual de loca que yo, conectamos muy bien porque somos las dos impulsivas y a las dos nos gusta sobrepasar los límites. Al inicio ella me preguntaba si le podía poner más brillo a algo y yo le decía “todo lo que querai, me da lo mismo, si querí jugar, dale”, yo soy muy así con la Lian, ni me preguntes, arma hueás locas, me encanta. Una cosa llevó a otra cosa y otra y otra y ya en el último año empezamos a tener una relación en la que yo le hago mensualmente encargos. Ya no le pido nada tan específico, “juega”, “haz una cartera de mano” y ella me dice “entonces también te hago una de pasto”. Muchas de esas cosas son ideas 100% de ella y ha sido muy entretenido dejar fluir nuestra creatividad, es estar jugando constantemente y ninguna tiene mucho freno.

Es súper interesante esta dinámica porque es lo más parecido a un mecenazgo, donde una persona le paga a un artista por crear con libertad, algo que ya casi no existe, especialmente por parte los Influencer que suelen tener relaciones con marcas o diseñadores por razones más comerciales…

Me encanta esa idea. Las dos somos muy agradecidas la una con la otra, porque es algo como “sin ti no hubiese podido llegar a donde estoy y viceversa”. Tenemos una relación de hermandad, de amistad, siempre decimos “de aquí para arriba juntas” y es muy bacán verlo así como lo dices tú, como que no es una relación tan transaccional sino que en verdad nos inspiramos mutuamente. Ella me dice de forma muy tierna “eres mi musa” y para mí ella es la que hace posible que yo sea influencer.

Bacán. Vamos a ponernos más intensos ahora. 

Ufff ya.

¿De qué manera tu estilo dialoga con la oleada de neo conservadurismo, como el boom de las traditional wifes -como Nara Smith o Ballerina Farm– y la reciente victoria de Trump en Estados Unidos? 

Me ha afectado mucho pero no en términos de estilo sino que en términos de trabajo, porque este ha sido el año en que mejor me ha ido en términos de números, de interacciones, de engagement y el que peor me ha ido en términos de trabajo. Eso lo puedo notar más claramente en la publicidad, que está teniendo un cambio hacia un conservadurismo, elitismo y tradicionalismo. Debo decir que también ha sido el año en donde yo me he alejado un poco más de la hegemonía, me corté el pelo, uso diseños un poco más extravagantes y eso me ha afectado en términos de trabajo, porque obviamente también hay que hacer una autocrítica de qué estoy haciendo, por qué no me están llamando las marcas. Creo que mientras uno más se sale de la norma es más difícil ser una influencer que viva de la publicidad.

¿De qué manera te has podido adaptar a eso?

Es difícil porque no me gusta adaptarme a tendencias, entonces mientras siga siendo factible vivir de esto lo voy a seguir haciendo y el día en que no se pueda veré otra cosa. Es muy difícil pensar en una forma de adaptación al contexto actual porque mi contenido es sobre salirse de la norma. Es bacán que sigan existiendo marcas que tengan como todo un rollo de sé tú mismo, sé diferente. Yo he visto mucho el cambio sobre todo en los últimos meses, lo veo en los eventos, a la gente que invitan, ha habido un cambio grande en Chile respecto a la publicidad.

Desde hace años que diferentes medios han hablado que la “burbuja influencer” va a explotar debido al estado de la economía, sin embargo, según la plataforma Influencity la inversión en la publicidad digital en Latinoamérica creció aproximadamente cuatro veces en los últimos años. ¿Sientes que el modelo de negocio influencer puede mantenerse en el futuro?

Yo creo que en un futuro cercano sí, pero a largo plazo no. No creo que la burbuja reviente mientras no haya otra forma de hacer publicidad porque creo que la única forma que se tiene hoy en día es a través de influencers y mientras eso no cambie va a ser rentable aunque haya millones. Yo no creo que cambie el modelo, solo van a haber muchos más infuencers y se va a repartir la riqueza entre todos, porque sigue habiendo mucha plata para eso.

Hablando de plata, ¿cuál crees que es la clave al desarrollar contenido publicitario de marcas dirigidas a un público que atraviesa una recesión económica?

Me parece que es un poco imposible porque creo que no hay consumo sustentable bajo el capitalismo, no creo que el mensaje del influencer pueda ser empático con las personas que viven la recesión, la clase media, la clase trabajadora, ya que la publicidad es algo que existe incluso en tiempos de guerra, permea nuestro día a día en un sistema capitalista. De todas formas, obviamente yo trato de hacer publicidad de la forma más amigable y menos descarada posible, hay una decisión ética que uno puede tomar sobre qué promocionar. Por ejemplo, hoy en día existe el canje de arriendo de departamento y para mí eso es éticamente conflictivo porque la vivienda es un derecho; yo no aceptaría ese tipo de canje, de decirle a la gente “vengan a vivir acá, es tan fácil pagar el arriendo”. El límite está muy claro con las apuestas de casino online también, que están tomándose el mundo de la publicidad, me angustia un poco el tema porque lo veo en todas partes, pero yo no podría promocionar algo así por una cuestión valórica. 

¿Y en el caso del mercado de la moda?

A mí me gusta la ropa pero también sé que es imposible el consumo sustentable de la ropa dentro del capitalismo así que trato de jugar con que si promociono ropa de Mercadolibre, Falabella, por ejemplo, igual hago contenido sobre cómo compro ropa usada, vendo mi ropa, transformo mis cosas, trato de hacer un mensaje equilibrado para que no sea solo sobre consumo. 

¿Qué espera Turban Girl para el futuro?

Difícil pregunta. Dejémoslo en que ahora estoy tratando de soñar, de pensar en grande y que eventualmente voy a seguir creciendo y eso me va a permitir llegar un poco más lejos en el mundo de la moda. Me gustaría eventualmente ser una influencer chilena a la que invitan a desfiles de casas de modas, eso es un sueño para mí, me encantaría. También me gustaría poder desarrollarme más como influencer sin la necesidad de vivir tanto de la publicidad, simplemente teniendo una marca al mes y poder vivir de eso. Me gustaría que eventualmente pudiera tener una agencia creativa, producir y hacer storytelling, encuentro muy interesante la publicidad desde un punto de vista crítico y también entretenido. Quiero mucho unir el mundo de las fiestas a lo que hago, en especial porque tomé clases de DJ y ahora voy a empezar a tocar, pienso que la fiesta es un espacio de rebeldía, de disidencia pero también de moda y arte, quizás producir fiestas el día de mañana.

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Diego Ignacio Ramirez
Diego Ignacio Ramirez
Ex bebé / sociólogo / escritor @diegoignacioramirez

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