Cada año, la gala es lo más esperado para ver trajes y creaciones dramáticas, confeccionadas acorde a la temática que rige el periodo. Pero es la exhibición el plato fuerte real del Metropolitan Museum of Art (MET), el cual a través de su Costume Institute nos muestra el pasado y el presente para mirar hacia el futuro en términos de moda. Este año, la gala y la exhibición aparecieron en septiembre debido a la pandemia que afecta el mundo desde el 2020, pero eso significó que pudimos apreciarla en vivo y repasar lo que significa la moda norteamericana en su esplendor. “In America: A lexicon in fashion” es el nombre que lleva este espacio donde nos sorprende estilos muy similares a otros de la actualidad.
Para comprender la moda norteamericana, primero debemos saber que a pesar de sus protagonistas, nunca ha estado a la altura de la Alta Costura europea según los mismos creadores de este patrimonio. No fue sino hasta los años ’30, con Mainbocher -presente en la exhibición-, que los franceses no reconocieron a un creativo norteamericano como un par al estilo del couturier. Para los años ’50, Charles James hacía de las suyas y con la Batalla de Versailles en 1973, todo cambiaría: Halston, Stephen Burrows, Ann Klein y muchos otros definirían la nueva era del tan llamado ready-to-wear en oposición a la tradición del haute couture.
Para esta muestra, la conexión iba en forma de conceptos: cada traje de diferentes diseñadores representó uno de estos ellos, desde la inocencia hasta la esperanza. Vimos a Norman Norell inspirar a Marc Jacobs, Off-White unir el deporte con el tul y por supuesto los quilts hacer su introducción como parte de la manufactura histórica de Estados Unidos, esa que une la historia de su gente con las prendas que llevaron. A pesar de ser mucho más pequeña que otras exhibiciones y quizás carecer de la espectacularidad de diseños europeos, esta exhibición parece sincera y si muy influenciada por sus colegas franceses: vimos desde la silueta ancha y recta de Cristobal Balenciaga hasta la espalda de espina dorsal de Elsa Schiaparelli y Dalí, todo en un mix que tuvo sus momentos inolvidables a través de algunos trajes. Rodarte y John Christopher Rogers se encargaron de demostrar que los llamados gowns también pueden ser de factura local.
Fotos: Propias.