Si algo nos han enseñado numerosos documentales como “The 90s” o “Editor’s Eye” es que el trabajo de una editora de moda significa mucho más que dar con el look necesario para una foto. En Vogue, especialmente, son varias las legendarias figuras que han marcado el oficio, para el cual se necesita un ojo entrenado e instinto, pasión por el zeitgeist y camaradería con el fotógrafo. Así nos enseñó Polly Mellen, la editora que falleció hace algunos días y quien antes de retirarse hacia principios del 2000 dejó una gran huella en numerosas editoriales, incluyendo la de la serpiente con Nastassja Kinski con su eterno Richard Avedon, aportando al erotismo de Helmut Newton o dando con los looks de la polémica sesión del baño de Deborah Turbeville. Forever Polly Mellen.
Fotos: TheFashionSpot.