Decorando, cayó pintura en el overol que había comprado y el color traspasó la tela hasta su ropa. Cuando se sacó el overol, lo miró y lo encontró hermoso. Hermosísimo. Así, Andrea de la Horra (@andreadelahorrasastre) decidió que le iba a dar un giro a esa prenda de vestir, usada desde siempre como protección del mundo exterior, pero que también podía ser una expresión de arte. Lo reinterpretó.
“El overol es una pieza inagotable. La puedes ocupar para trabajar, para andar en la calle, para ir a una fiesta, es cómoda, reutilizable. Lo tiene todo”, dice entusiasmada esta diseñadora textil y productora de arte que tras un paso por la publicidad, decidió abrir su propia marca, que hoy lleva su nombre. En su Instagram se pueden ver prendas únicas diseñadas por ella y que se dividen en tres tipos. El overol básico, fabricado en gabardina de ocho onzas, es la más clásica tela, que permite que ninguna gota de pintura traspase el escudo, pero también da usabilidad y comodidad en su uso, no sintiéndose tieso ni duro ni tosco. Luego está el overol teñido. Llamativas prendas del mismo material anterior, pero teñido con la técnica shibory, que es una milenaria usanza japonesa que a través de retorcer, apretar y presionar una prenda en tinta, logra un teñido disperso y no uniforme. En unas partes hay color y en otras no, lo que necesariamente hace que cada prenda, al hacerse una a una a mano por la misma Andrea, sea única.
La tercera parte de su colección es el overol con colaboraciones. Junto con artistas que crean diseños e intervenciones sobre el overol como Lourdes Salgado, Violeta Cereceda o la última, de Lucas Esteves, que diseñó corazones rojos sobre un overol rosado. Pero, si no es para pintar una casa o instalar baldosas, que es como hemos entendido el overol en su esencia más clásica, ¿cómo se usa más bien esta pieza de arte de la diseñadora? Andrea responde: “Varios lo ocupan para andar cómodos en su casa y no pensar qué ponerse todos los días en medio de esta pandemia, pero también he visto que muchas personas lo usan doblado en las piernas, con un bototo oscuro, alto. Es algo bien punk para algunos, a mí me gusta mucho ese estilo desde chica, así que yo lo uso así”.
En pandemia, Andrea también lanzó un nuevo producto, la chaqueta Fuerza natural. “Mi papá siempre usaba esa chaqueta grande, de gabardina, con hartos bolsillos y cuello como de camisa ancho, y quise sacar el molde y transformarla en objeto de diseño”, cuenta.
La chaqueta también sigue la lógica de los overoles y tiene intervenciones de artistas, aunque también hay en colores planos como un rojo fuerte, y vienen muy bien al usarse oversize e ideales para estos fríos días de invierno. Obviamente, como todas las telas, no tiene género, cualquier persona las puede usar cómo, cuándo y dónde quiera. Además, también está vendiendo y fabricando sus productos en Buenos Aires, donde ha tenido una excelente reacción del público local. De la Horra es una diseñadora que hay que estar mirando en el ambiente chileno.
– Julia Briller : @juliabriller
Colaboraciones con:
Lourdes Salgado – arakiri cosmonauta