Conociendo los aros, anillos y collares en 3D que diseña Majo Contreras

Conociendo los aros, anillos y collares en 3D que diseña Majo Contreras

Las opciones son casi infinitas. Armados con mucha creatividad y pasión por lo que hacen, más una impresora en 3D, Majo Contreras y el arquitecto Cristián Castillo le dieron vida a la tienda de de Majo Contreras, que partió hace cuatro años y hoy se vende en todo y tiene puntos de venta en Buenos Aires, Mendoza y Amsterdam, además de una colección permanente a la venta en el Museo de la Moda. En sus propias palabras, ella dice que hace “anillos, aros, pulseras y collares con diseños modernos e innovadores, siendo la extravagancia lo moderno y sofisticado, lo cosmopolita y urbano, el romanticismo y la elegancia, la base de la creación de las colecciones”.


El primero en tener vida gracias a la impresora 3D que se compraron fue un anillo esférico negro y cuyas características al ser sobredimensionado hacen que se note en la persona que lo usa. “El anillo te hace el look”, dice la creadora. Sus clientes, apunta Majo, oriunda de Concepción, son mujeres “audaces, independientes y empoderadas que buscan sensaciones nuevas, reformadoras y exploradoras, social y ecológicamente conscientes”.
Uno de sus productos más icónicos es el asimétrico. Un anillo con varias caras y profundidades y que puede ir en los más diversos colores. “Los tenemos en negro, rojo, verde, fluor, calipso. Nuestras clientas lo pueden pedir en cualquier color, nunca les decimos que no”.


En colaboración con Cristian Castillo, Majo desarrolla su proceso de diseño desde el estudio de ideas y bocetos que luego se modelan utilizando sistemas con software de diseño 3D, para luego “imprimirla”. Finalmente, cada pieza es terminada a mano pasando por un estricto control de calidad. Dentro de su amplia gama de accesorios -tienen más de 80 diseños, y siempre van sumando más, apunta- destacan también unos gigantes y bellísimos aros rectangulares que, por el material que usan para hacerlos, no pesan en lo absoluto. También el maxicorazón que, como lo dice su nombre, es un anillo o aro con forma de corazón gigante, amplio y llamativo.
También unas calaveras full mexicanas y llenas de color que, cuenta Majo, deslumbraron a unos turistas del país azteca cuando las estaba exihibiendo, pre Covid, en un hotel en Santiago.“Creemos enormemente en nuestro proyecto y seguimos trabajando para llevarlo al siguiente nivel”, recalca Majo. La internacionalización, dice convencida, es la próxima fase.

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