Claudia Troncoso es una diseñadora chilena que encontró en la pandemia una forma de expresar su arte. Las mascarillas ya no son solamente un medio para evitar el contagio, sino una prenda más de la vestimenta diaria. Con un estilo pin-up en conjunto a una paleta de colores sobrios y elegantes, Troncoso crea un mix que a varios fascina.
-¿Cómo nació tu interés por el Diseño de Vestuario?
Mi mamá es modista y cuando era niña me sentaba junto a su máquina para ayudarla. Ella me cortaba calzones para las muñecas para que yo pudiera confeccionar a mano y a los ocho años me sentó en una máquina industrial. Además tengo un tío que es sastre, entonces me crié entre máquinas, tijeras, agujas. Por lo tanto, siempre mi mirada fue ser costurera, modista y más tarde hice la carrera de diseño de vestuario, pero desde niña ya sabía coser bastante bien.
-¿Estudiaste Diseño de Vestuario o aprendiste por tu propia cuenta? ¿Es la primera vez que vendes directamente al público?
Sí, soy diseñadora. Estudié en el año 1996 en el Inacap, eran cuatro o cinco años -ya no me acuerdo porque fue hace mucho tiempo-, jejeje. De ahí me gradué y todo bien, hice mi proyecto de título, era una excelente alumna e incluso hacía clases a mis compañeras de generación. Vendo al público hace muchos años. En un principio dejaba mis colecciones en una tienda llamada Babalú de la diseñadora Claudia Hermosilla que quedaba en el Barrio Lastarria y en Piso Compartido de Francisca Emparanza y María Jesús Donoso, donde tenía un espacio.
-¿Cómo definirías tu estilo?
Soy bien dispersa y bien ecléctica, porque como buena Libra –que las Libras porque somos extremas–, me gustan las cosas antiguas, lo vintage… ¡el pin up me encanta!, pero también me gustan las cosas futuristas. Este año mis colecciones fueron inspiradas en las grandes musas como Marilyn Monroe, Audrey Hepburn y la Princesa Diana, ellas son mi inspiración. Dentro de las futuristas noventeras está Milla Jovovich porque me encanta su estilo. De todas formas, no tengo algo tan definido, quizás más en la colección del verano voy a ser un poco más futurista.
-¿Cómo nació la idea de vender mascarillas reversibles con accesorios que la complementan?
Siempre ando investigando sobre las tendencias, ya sea en tela, colores, vestuarios o cosas. Por ejemplo una cuchara, una planta, una hoja, la forma de una tijera, siempre ando observando o mirando lo que tal vez me puede servir como un estampado o una inspiración. Mi inspiración de los tapa bocas viene de los japoneses, ya que ellos usan casi todo el año y todos los años –incluso antes de la pandemia–, como elemento de la vida diaria. Empecé a investigar que no era un simple tapa boca, sino que era un accesorio que combinaban con la ropa.
-¿Cómo ha sido iniciar dentro del mercado en plena pandemia?
La verdad es que no me quejo. Desde la primera vez que nos encerraron empecé enseguida con las mascarillas y me ha ido bastante bien. El año pasado me fue mucho mejor que este año sí, porque antes no habían tantas mascarillas, la gente estaba desesperada buscando por todos lados. En 2020 me enfoqué solamente a las mascarillas y accesorios, en cambio este año me dediqué también a colecciones y ha funcionado perfectamente.
-¿Cuáles son tus próximos objetivos?
Como todo diseñador independiente es tener una tienda o tal vez arrendar espacio como lo hacía antes, porque es menos complicado que tener un lugar; dejas tu ropa y te vas, sigues haciendo lo tuyo. Tener una tienda es mucho más complicado, contratar un vendedor y ese tipo de cosas. Mi próximo objetivo también va de la mano con que me encanta la ropa de niño, pero más de niña, entonces me gustaría hacer colecciones de ropa de niña, pero tallas pequeñas, no tan grandes, desde la 2 hasta la 8-10. Lo anterior, también complementarlo con los sombreros.
-¿Las prendas que haces son a medida o tienes un stock para cada una?
Como estamos en pandemia la gente no se puede probar, no tengo un lugar específico donde la gente pueda acudir. Esta colección solamente la estoy haciendo a pedido, pido las tallas de referencia y las medidas, pero ¡la gente ha quedado muy contenta! He tenido muchas clientas que tiene tallas grandes y le cuesta mucho encontrar ropa y le ha gustado esto de que sea a medida, me han comprado varias cosas pero especialmente quienes tienen tallas más grandes están muy contentas con esto.
-¿Cuál es tu opinión con respecto al diseño en Chile?
Conozco bien poco la verdad, pero cuando comencé a trabajar en la época en que estudié en 1996, conocí a mucha gente que hoy ya son marcas consolidadas y reconocidas, como MO de Magdalena Olazabal. Trabajé con ella cuando recién empezó, le hacía sus moldes y confecciones. También están Fran Torres y Sergio Olea en su tienda Cazadora y en Duende Capitalista de Rosario Rivero.
-¿Algún sueño por cumplir?
Me gustaría tener un espacio donde dejar mis cosas, no solo en Santiago si no también afuera, pero mi sueño por cumplir es agregarle la sombrerería a mi trabajo. Sueño con estudiar, hacer un curso de sombrerería, lo cual sería ideal, además de lo que comenté anteriormente de la ropa de niña. Por ejemplo, que la mamá y la hija estén vestidas de la misma forma. Ambas cosas me gustaría complementarlas.