“Fue ahí, cuando por inquietudes personales, tomé clases para aprender a construir piezas de cerámica paralelamente a lo que ya estaba desarrollando. Me gustó tanto, que al terminar el curso me armé un espacio de trabajo para comenzar a experimentar con tipos de volúmenes, colores y terminaciones. Comencé a leer mucho, a buscar información en internet y a visitar a personas que se dedicaban a oficios vinculados a la cerámica. Me fui poniendo desafíos y a medida que avanzaba me fui encontrando con cosas tan interesantes que pude ver el tremendo potencial que tenía el material, y del cual había mucho por aprender. Lo que me motivó y me hizo querer formar la marca y quedarme trabajando en este proyecto hasta la actualidad”.
-¿Por qué la clave de la marca es celebrar las imperfecciones?
Siempre he tenido un interés muy fuerte por trabajar con las instancias de control a las que debemos someternos al vivir en sociedad. Desde cómo comportarnos, cómo ser, cómo vernos. O en el mismo cuestionamiento conglomerado y eterno sobre qué es lo que se considera “bonito” o “feo”.
La imagen del cuerpo humano se va conformando en base a la cultura en la que el sujeto se desenvuelve. Esta imagen de cuerpo es legitimada por los grupos dominantes y aceptada por las masas, a través de los miles de estímulos visuales y morales que son recibidos por cada uno de los miembros de la sociedad: televisión, diarios, revistas, escuelas, revistas, publicidad, etc. Todos ellos muestran ideales de belleza estrictos, modelos de género y de éxito, que no hacen otra cosa que negar las diferencias existentes entre los seres humanos, mostrándonos una única y arbitraria forma de ser y verse.
Amorfo hace un cruce entre la irregularidad propia que podría tener una pieza hecha a mano, la huella de los dedos, muy lejana a lo que podría confeccionar una máquina. Con estos contenedores de cerámica carentes de forma regular que buscan mostrar a través de sus características físicas, exageradas y extravagantes que no debemos ser perfectos, ni iguales.
-¿Cuál crees que ha sido la clave para mantener tu cercanía con quienes gustan de la cerámica?
Creo que la clave para mantenerme cerca de quienes gustan de mis piezas ha sido estar muy presente en cada momento y ser fiel a mis ideas. El manejo de una marca pequeña es paradójicamente un desafío gigante, y esto se debe a que trabajo sola, es por eso que existe un sinfín de cosas de las que debo preocuparme y estar detrás del detalle. Pero al mismo tiempo siento que esto es un plus ya que te permite mantener cercanía con quienes se interesan por tu trabajo, poder contarles a tus clientes acerca de los procesos de producción por experiencia propia, es impagable, al mismo tiempo que transmitirles el valor de los oficios. Creo que este conjunto de elementos le da un atractivo agregado al producto y permite posicionar una marca con muchísima más fuerza.
-Si hablamos de tus diseños, ¿cuál fue el primero que ideaste y cuál es tu favorito?
Mi primer diseño fue una maceta con forma de calavera. Luego la trabaje en varias versiones, probando colores y tamaños a modo de experimentación.
Mi diseño favorito es Sally, uno de los personajes de la marca que tiene pelo rosado. Es mi predilecta porque tiene mucho de la esencia de la marca, representa a una mujer empoderada, con actitud, que se atreve a verse diferente y a romper esquemas.
-En general, ¿cómo es el proceso típico de idear uno de los diseños?
Siempre parto bajando las ideas en croquis, luego cuando ya tengo claro las medidas de la pieza, su función y forma me pongo a modelar. Todos mis objetos los realizo en primera instancia a través de modelado manual, luego le tomo el molde de esta pieza para poder reproducirla a través de la técnica de vaciado, en donde trabajo de la mano de artesanos locales. Este proceso consiste en la confección de piezas vertiendo una pasta líquida en moldes de yeso. Es un proceso que puede tomar hasta media hora, dependiendo del objeto, la humedad y el grosor deseado de la pared de cada pieza. Luego de este procedimiento, se extrae la pasta líquida restante. Por último, cuando la pieza ha conseguido secarse lo suficiente para ser manipulada, es desprendida del molde. Esta técnica me permite producir modelos en serie, optimizando el tiempo de producción y consiguiendo resultados más homogéneos. Pero aún así, de manera artesanal.
A partir de este proceso viene una segunda instancia donde las piezas van a su primera quema y están listas para ser esmaltadas, la cual es una fase que hago directamente en mi taller ya que generalmente mis piezas tienen varios detalles que se trabajan con pincel. Para concluir, las piezas deben ser sometidas a una segunda quema y ya están listas para decorar cualquier espacio!
-¿Qué les dirías a quienes les gustaría aprender sobre cerámicas pero aún no se atreven?
Te diría que si tienes la inquietud por aprender a trabajar este material sólo hay que intentarlo. No se necesita tener demasiados recursos para comenzar con tus propias exploraciones. Dedícale tiempo, intenta ser observador/a y no sólo te centres en los resultados, si no también pon atención a los procesos, sé ordenado, meticuloso y autocrítico. Y sin duda… y lo más esencial… piérdele el miedo a equivocarte! La cerámica es un material que te sorprende muchas veces para bien como para mal (ya que los primeros intentos pueden parecer desmotivantes …) pero…cuando consigues el resultado que estabas buscando es muy reconfortante.
Paulina realizará un taller de cerámica el día 16 de noviembre. Más información en su cuenta de Instagram @amorfo.ceramica