Para Loreto, Japón era un lugar de ensueño. Una meta que la llevó a mezclar dos de sus pasiones: la fotografía y la moda.
Mientras Loreto crecía viendo animé, mangas y programas que reflejaban la cultura japonesa, en su cabeza se desarrollaba el sueño de conocer cada uno de los escenarios que veía a través de la pantalla. Así, con la ilusión que le producía la aceptación y espacio que le dan al arte en el país asiático, comenzó a planear su viaje a Japón, donde luego de reconocer terreno, en una visita previa, terminó viviendo por cerca de siete meses. Periodo en el que desarrolló y mezcló dos de sus pasiones: la fotografía y la moda.
“Cuando estudiaba fotografía me percaté que tanto mi estilo a la hora de vestir como el comunicar a través del vestuario, eran temas que podría considerar en mis proyectos fotográficos. Al llegar a Japón el proyecto principal, y el que nunca dejé de hacer, fue generar registros de los outfits de la gente en las calles”.