“Tengo mi marca LO Lisa Olave aproximadamente desde hace 9 años. El camino no ha sido para nada fácil pero en definitiva puedo decir que no me podría dedicar a nada más. Vestir a una mujer con confianza, sensualidad y otorgar poder a través de la ropa ha sido mi misión”. La diseñadora chilena Lisa Olave ha mantenido su nombre como parte de un grupo de diseñadores que se ha dedicado a su pasión por harto tiempo, lo cual ha tenido sus altos y bajos. Esta vez, conversamos con Lisa para conocer cómo ha sido enfrentar este difícil periodo que mundialmente afectó a grandes y pequeños trabajadores.
“Durante toda mi carrera he pasado por periodos donde no me he podido dedicar a mi marca 100 por ciento. Siempre he podido part time trabajando como diseñadora de retail y otros oficios relacionados para poder vivir; eso hasta octubre pasado. El trabajo que tenía como modelista se acabó abruptamente y me vi enfrentada a un escenario complejo.
Lo vi como una oportunidad. Tengo mi oficio que amo así que técnicamente nunca voy a estar realmente cesante. Las fiestas de fin de año, galas y novias llegaron en el momento preciso para “salvarme”. Estaba contenta a pesar de todo. A la fuerza mi marca se convirtió en mi sustento único y principal y eso me tiene orgullosa. Me empecé a proyectar para este año 2020, quise volver a buscar punto de ventas físico y armar una nueva colección más ambiciosa y pensar en campañas interesantes a desarrollar.
Ahora hace un mes solo soy un cúmulo de incertidumbre. Las ventas bajaron a 0 y puedo confiar en que no encontraré algún trabajo part time de ningún tipo. Estoy en una comuna con cuarentena total lo que hace el siquiera poder trabajar de mi casa sea algo complicado y si bien tengo un pequeño taller en mí departamento me siento atada de manos. Así que estoy tomando estas semanas de encierro para enfocarme con fuerza en generar comunidad y contenido que enriquezca a través de mí Instagram (@lo.lisaolave), enfocarme en que mis clientes me sigan conociendo, expandir mi publico y que vean quien esta detrás de LO, vean mi estilo particular y por qué lo hago.
La recepción hasta ahora me tiene impresionada. Los comentarios, el interés y apoyo e incluso intención de ventas se han incrementado, lo que me da algo de esperanza que en el momento que salgamos de esta cuarentena va a haber gente interesada en lo que tengo que ofrecer. Y por qué no pensar que el escenario general cambiará; hay que apelar a aun cambio de conciencia y mostrar los beneficios del comercio local.
Mi enfoque principal como marca es ser ética en el proceso y en la relación conmigo y hacia el cliente. Soy partidaria del slow fashion, siempre le he sacado la mayor cantidad de provecho a los materiales que tengo disponibles. Por eso siempre intento mantener exclusividad con ediciones limitadas y piezas one of kind, lo cual siempre representa un desafío diferente. Estoy desarrollando modelos con los que me siento contenta y tienen un nivel de complejidad mayor, tomándome más tiempo para vivir el proceso productivo de verdad y compartirlo. Experimentar como no lo hacía hace tiempo. Investigar, dibujar, conceptualizar, que creo lo había perdido con la mirada comercial del querer solo vender.
Quiero proponer.
Pese a todo me mantengo optimista dentro de toda la angustia y ansiedad del día a día. El contexto de una pandemia mundial da miedo y el impacto inmediato ha sido brutal. Pero si a lo largo de mi carrera he podido partir de cero muchas veces, ahora voy a luchar para que no sea la excepción”.