Este 2014, los premios de la Academia tuvieron varios favoritos entre los galardonados. Y aunque la elegancia de los asistentes resaltó en la red carpet con vestidos y trajes tan comentados como el de Lupita Nyong’o, Jennifer Lawrence, Jared Leto y Matthew McConaughey, hubo una súper producción que resaltó por su diseño de vestuario. Esta vez no hablamos de The Great Gatbsy (2013), sino de la ganadora a mejor película extranjera La Grande Bellezza (2013) de Paolo Sorrentino. Con ella, catorce años tuvieron que pasar para que Italia se llevara un Oscar, cuya última entrega fue en honor a Federico Fellini en 1993.
La Grande Bellezza cuenta la historia de Jep Gambardella –interpretado por Toni Servillo– después de su cumpleaños número 65, cuando comienza a sentirse viejo y a recordar momentos de su juventud al mirar su propia vida desde el prisma de la vida de sus amigos. El círculo de Jep es la élite romana; sus amigos, un grupo de intelectuales que dialogan temas que van desde la cultura popular hasta la política.
La película dejó a la vista del mundo entero la elegancia de los diseños de Cesare Attolini, marca que actualmente tiene de fondo a Toni Servillo vistiendo uno de sus trajes en su página web.
Attolini es el apellido de una gran familia que partió con el sastre Vincenzo Attolini inaugurando la compañía en la década del 30 en Nápoles. Él instauró la silueta de la marca con líneas delgadas, altas sisas y chaquetas de hombros suaves. Las dos generaciones que siguieron se preocuparon de mantener los mismos valores que la fundaron: dedicación, buen gusto, experiencia, singularidad, creatividad y conocimiento artesanal. Y ha sido gracias a la conservación de estos valores que la familia Attolini ha liderado por 80 años la alta costura y sofisticación Napolitana de los trajes masculinos.
Los clientes de Cesare Attolini acudían a la sastrería para rediseñar su propio estilo, inspirados por la suavidad y la sinuosidad de las chaquetas de Vincenzo. Totò, Vittorio De Sica, Marcello Mastroianni y Clark Gable fueron los principales embajadores de Cesare Attolini desde los años cincuenta. Pero también el rey Vittorio Emanuele III y el famoso Duque de Windsor se vestían de la mano de Vincenzo, demostrando que incluso las convenciones aristocráticas se doblegaban a la tentación de una nueva y cautivadora moda.
Después de Vincenzo, su hijo Cesare y sus nietos Massimiliano y Giuseppe se han ocupado de llevar el estilo de Attolini fuera de Italia. Hoy en día las valiosas prendas producidas en el laboratorio de Casalnuovo se encuentran en las boutiques más importantes del mundo: desde Nueva York, Miami, Los Angeles y Toronto, hasta Atenas, Londres, París, Berlín, Dubai, Moscú y Tokio. A pesar de que ahora la tienda tiene algunos artículos prêt-à-porter, el sello distintivo Attolini todavía es el traje a medida. El proceso de ocho semanas comienza con un sastre de la casa tomando medidas en una habitación privada, donde el cliente elige todo: desde el tipo de tela y el tamaño de la solapa hasta el número de botones. Luego, el traje es hecho a mano en Italia.
Jep Gambardella se llevó a Italia el galardón de los Oscars gracias a sus elegantes trajes Cesare Attolini. La casa de alta costura es una muestra más de la importancia de las tradiciones y la conservación de los valores familiares.