“¿Podemos usar los bordados como una extensión textil que busca nuevas formas?”, es lo que se preguntó el diseñador de origen indio Rahul Mishra, quien saltó a la escena en 2014 al ganar el preciado Woolmark Prize Award. Mishra se caracteriza por una delicadeza sustentable, gracias a un trabajo artesanal que se sustenta en más de 300 personas trabajando en Baundpur, luchando por revertir la migración producto de las malas condiciones de vida en India.
En esta oportunidad, Mishra también colaboró con otra marca sustentable, Zoya-A-Tata, la que fabrica joyas de origen vegetal. La unión de ambos mundos le sacó partido a una delicada pero fuerte colección: cada reimaginación del bordado se transformó en capas de pequeñas acciones que dieron vida a volúmenes y movimiento, uno que iba en sintonía con el blanco, la primavera pero también el negro.
Este show contó con el trabajo manual de más de 3,400 horas, todo para lograr un perfecto equilibrio. Bajo los sonidos de Foster the People, la blanca pasarela construida en medio del Palais de Tokyo en París nos introdujo de manera cercana al trabajo de una estrella futura de la moda, que lucha por sintonizarse con estos tiempos de cambio donde cada vez pesa más el desperdicio y los materiales no sustentables.
Fotos: Propias.
