Skylar Tibbits es un artista y arquitecto computacional que ha trabajado muy de cerca con el diseño. Muy interesado en el desarrollo de la impresión 3D, quiso ir un paso más allá, impulsando la impresión 4D, donde la cuarta dimensión es el tiempo. Los materiales impresos a través de una impresora 3D se adaptan de manera independiente según su entorno, sin necesidad de intervención humana. Tibbits se presentó el año pasado en TED, donde mostró sus diversos proyectos y cómo funciona esta nueva tecnología que promete cambiar la forma en la que construimos objetos necesarios y de diseño.
“Hoy en día, en materia de microescala y nanoescala, se está viviendo una revolución sin precedentes. Tenemos la capacidad de programar materiales físicos y biológicos para las cosas cambien de forma y de propiedades. Incluso existe un software llamado cadnano que nos permite diseñar formas tridimensionales, como nanorobots o sistemas de administración de medicamentos, y usar el ADN para que esas estructuras funcionales se autoensamblen”.
“Pero si consideramos la escala humana, existen problemas enormes que no son abordados por esos avances en la nanotecnología. En términos de construcción y manufactura, hay deficiencias importantes, consumo energético y técnicas con demasiada mano de obra. Por ejemplo, en los sistemas de cañerías, hay tuberías de agua de capacidad fija que son de caudal fijo, con excepción de las bombas y válvulas costosas. Las enterramos en la tierra, pero si algo cambia —si su entorno cambia, si la tierra se mueve o demanda cambios— debemos comenzar de cero, quitarlas y reemplazarlas”.
“Me gustaría proponer combinar ambos mundos. Podemos combinar el mundo de los materiales adaptables programados con nanotecnología y el ambiente de construcción. Y no me refiero a máquinas automatizadas o máquinas inteligentes que reemplacen a los humanos. Me refiero a materiales programables que se construyan solos. Y a eso se le llama autoensamblaje, que es un proceso por el cual partes desordenadas construyen una estructura ordenada, solamente a través de la interacción local”.
“Si lo queremos llevar a cabo en la escala humana, solo necesitamos algunos ingredientes sencillos. Primero materiales y geometría que estén estrechamente vinculados con la fuente de energía, tanto pasiva, es decir, térmica, cinética, neumática y gravitatoria, como magnética. Luego, solo necesitan interacciones de diseño inteligente, que permitan la corrección de errores para que las formas pasen de un estado a otro”.
“Hoy, por primera vez estamos inaugurando un nuevo proyecto de impresión en 4D. La idea detrás de la impresión en 4D es tomar la impresión 3D multimaterial —en la cual se pueden depositar varios materiales— agregándole una nueva capacidad, la transformación, que consiste en que las partes pueden transformarse instantáneamente de una forma a la otra con autonomía”.
“También trabajamos con Autodesk en un software que se llama Project Cyborg. Esto nos permite simular el comportamiento de autoensamblaje e intentar optimizar las partes que se pliegan y en qué momento. Lo más importante es que podemos usar este mismo software para el diseño de sistemas de autoensamblaje en nanoescala y sistemas de autoensamblaje a escala humana. Esta es una demostración. Una cadena única, sumergida en un tanque de agua, que puede plegarse por sí misma para formar un cubo, una estructura tridimensional, sin interacción humana. Creemos que esta es la primera vez que un programa y una transformación han sido fundidos directamente en los materiales, y esta puede ser perfectamente la técnica de manufactura que en el futuro nos permita producir una infraestructura más adaptable”.
“Quisiera recordarles las duras realidades del ensamblaje de nuestro mundo. Estas son cosas complejas construidas con partes complejas que se unen de formas aún más complejas. Me gustaría invitarlos, sin importar la industria en que trabajen, a que se nos unan para reinventar e imaginar el mundo, para que podamos pasar de un mundo así de complejo a un mundo un poco más simple”.