La vida de Fran Cavalla dio un giro en 180° cuando hace cinco años decidió dejar su trabajo y seguir sus sueños. Siempre le gustó tejer y después de ser diagnosticada con una complicada enfermedad dejó la estabilidad para crear La Nonina Tejedora, todo un imperio en torno a las lanas, donde cada cierto tiempo vemos nuevas creaciones y kits de tejidos. Hoy Fran cuenta con cerca de 184 mil seguidores en Instagram y su página web recibe más de 200 mil visitas al mes.
¿De dónde viene la inspiración para crear La Nonina Tejedora?
En lo creativo me motivan ¡mil mujeres! Desde mi abuela materna (que es la más seca), mi mamá, diseñadoras y testers chilenas. En cuanto a lo corporativo, mi inspiración es mi abuela paterna, por ella la empresa se llama La Nonina. Es un proyecto inspirado 100% en ella, por el tejido y por la garra. Ella era inmigrante italiana, se vino a Chile en posguerra con un hijo de un año, viajando en barco, sola. Mujer más power, imposible.
Entonces el tejido es algo casi innato en ti.
Sí, todas las mujeres de mi familia tejen, yo partí a los ocho años y después no paré.
En tu emprendimiento, partiste vendiendo insumos para tejer y hoy el negocio se ha ampliado, cuéntame sobre eso.
Sí, al principio en mis redes sociales hacía clases y vendía tejidos que hacía, pero después la gente me empezó a pedir que les vendiera los materiales que yo usaba, porque eran productos exclusivos de Turquía, España e Italia. Así comenzó todo; después me fui asociando con otros emprendedores y el negocio se convirtió en un marketplace.
Háblame de los kits de tejido que aparecen en la web lanonina.com.
En la web ves imágenes de cómo va a quedar un tejido, y a ti lo que te llega es una bolsa con todo para que tú lo hagas. También pasa mucho que hay gente que me escribe, que flipa con el tejido mismo, que me dice: yo no sé tejer, ni me interesa aprender, pero quiero ponerme ese chaleco que está ahí. Y no, no lo vendo.
También tienes tu producto estrella que es la caja mensual “Sorpresa Sorpresita”, donde incluyes un diseño para tejer ¿verdad?
Exacto, en la caja viene un kit secreto, donde solo puedes elegir el color. Además, trae un montón de otros regalos.
Y este proyecto, ¿qué características tiene?
Tengo que hacer doce proyectos en el año, para la caja. Entonces me pongo a buscar la tendencia en el mundo del tejido, que se rige sobre las nuevas materias primas o las nuevas mezclas que van surgiendo, pero también se guía mucho por las pasarelas de la moda, y ahí se ve, entre otras cosas, el color que va a estar en tendencia este año. Por ejemplo, este año venía full moda los chalecos sin manga.
De alguna forma, vas transformando la moda de las pasarelas a la moda del tejido
Sí, porque a veces las cosas que uno ve en las pasarelas de moda son muy difíciles de ejecutar en un trabajo hecho a mano, entonces ahí vamos modificando y agarrando esa tendencia. En parte es fácil, porque tenemos la visión de Europa que va unos meses antes, entonces vemos qué están tejiendo allá y con eso nos guiamos.
¿Cómo lo haces para acercar el tejido a las nuevas generaciones?
A mí me pasa que tengo la misión de mostrar el tejido con estilo, con onda, porque todavía está esa creencia de que el tejido y las prendas de lana son de abuela. Entonces, me preocupo mucho de mezclar esa cosa vintage del tejido con lo moderno, con la zapatilla, con unos jeans, con faldas, que le pegue con algo que esté de moda en el momento, para que la gente no solo quiera tejerlo, sino que también le den ganas de usarlo.
Durante la cuarentena muchas personas descubrieron el tejido, ¿qué consejo le darías a quienes se inician en este arte?
Que nada bueno surge en un día. Mi primera bufanda debía ser lisa y en realidad parecía un proyecto calado, estaba lleno de hoyitos porque se me iban los puntos. Eso de que la práctica hace al maestro es totalmente real, y hay que disfrutar el viaje. En el tejido es importante aprender a pedir ayuda y escuchar a personas que saben, no tener esa obsesión de ser la mejor, de hacerlo bien, de ser seca a la primera. Mi consejo es 100% la práctica, y no desistir porque a nadie le quedó perfecto a la primera.
¿Cómo ves a La Nonina Tejedora en unos años más?
Tengo la convicción que vamos a llegar demasiado lejos. Hoy día siento que es una marca que se está empezando a conocer, no solamente por nuestros seguidores, nos está pasando que nos llaman de la radio y la tele. Sinceramente más allá de un tema económico, para mí lo más importante es que esto sea una marca reconocida, que sea un ejemplo para otros emprendedores, que se cuente la historia desde lo más básico, desde los miedos más profundos, de dejar la pega para tirarte a una piscina, sabiendo que no hay agua, que esta marca llegue a ser una escuela para otros emprendedores, con eso me doy por pagada.