¡Imposible no amarlas! Antonieta Miranda (28) y Marta Pérez (55) son madre e hija y decidieron dar vida a YaTeHeVisto (@yatehevisto), marca que destaca por sus colores vibrantes, patrones divertidos y una confección totalmente nacional. En esta entrevista te contamos su historia.
-Entiendo que ustedes son madre e hija ¿Cómo surge esta idea de crear su propia marca de ropa?
La verdad es que desde siempre hemos estado involucradas en él área textil, ya que mi mamá estudió moda en el colegio y se dedicó a la confección de vestuario desde ese momento. Trabajó en talleres y luego en casa, por lo mismo, es que desde pequeña estuve en ese mundo. Estudié Diseño de Vestuario en el Duoc (titulada en el 2017) y desde ahí trabajé en una empresa en donde aprendí mayor técnica, cómo funciona la industria y datos textiles que no manejábamos tanto. Siempre vi lejano el abrir una marca ya que había que tener los medios para hacerlo y era difícil. En pandemia me “suspendieron” laboralmente y sentía la necesidad de hacer algo más y de generar ganancias, fue en esta oportunidad que lo pensamos y comenzamos con la marca que al principio era más vender lo que necesitaba la gente (prendas más cómodas para estar en casa), pero que se fue transformando en un proyecto más personal en el cual le fuimos entregando nuestra propia identidad.
-¿Cómo ha sido trabajar en familia? ¿El nombre de su marca tiene que ver con esta relación?
Trabajar con mi mamá nunca ha sido problema, al contrario, siempre nos hemos entendido y complementado en nuestras ideas. Ella ve la marca como un apoyo hacia mí, pero la verdad es que es un proyecto de ambas y mi idea es seguir creciendo de la misma forma.
El nombre lo decidimos entre ambas como un juego de palabras que nació desde mi Instagram personal, yatehevistoantes, lo acortamos y empezamos a ver qué tal sonaba, si se repetía o no, y nos dimos cuenta de que era algo único , fácil de recordar y muy visual. Hasta ahora nos da risa un poco cuando nos preguntan por que fuimos pésimas tirando ideas de nombres y nos quedamos con lo que ya teníamos.
-¿En qué se inspiran los estampados? ¿Cómo definirían su estilo?
Siempre estoy en constante estudio de tendencias a nivel global, sigo a personas del mundo de la moda de otros países y marcas internacionales que son distintas a lo típico. Mi idea con eso es ir adelantándose un poco a lo que se viene. Mi inspiración principal es ser diferentes al momento de vestir y en lo divertido que es, por eso la mezcla de colores y en esta oportunidad las formas.
-¿Qué buscan transmitir a la gente que los usa o los ve en las redes sociales?
Sentirse unic@ al momento de vestir, llamar la atención con las prendas y muy importante, sentirse cómod@ con lo que estamos usando. Mezclar la moda con la comodidad que necesitamos en el día a día es primordial al minuto de diseñar/crear prendas de vestir.
Nuestra idea es que la gente reconozca nuestra marca tanto por el estilo, como por lo que significa.
-¿Cuánto tiempo demora la creación de una prenda?
Crear una prenda desde cero, nos puede llevar 1 semana entre pruebas de calce y terminaciones, ya que nunca queda bien a la primera y vamos haciendo mejoras en el camino. Ahora la confección como tal es más rápida ya que se trabaja a la rueda en producción. Una prenda la cortamos/confeccionamos y terminamos dentro de un día.
-¿Qué desafíos han encontrado dentro de la industria chilena para emprender?
La industria chilena es difícil ya que está hecha para personas con contacto, nosotras no estamos en ese mundillo y por lo mismo nos ha costado un poco más, pero de a poco hemos logrado posicionarnos en el mercado. Además, el gusto chileno es más de básicos, ropa negra en general, aunque cada vez hay más personas que se atreven a vestir de forma más atrevida.
En general el tema monetario es el más difícil, pero también el límite de proveedores para comprar textiles o insumos fuera de lo común y así lograr prendas diferentes.
Como marca ya estamos pensando en la posibilidad de tener nuestra propia tienda, quizás unirnos a una marca que complemente, pero siento que tener una vitrina en la que llamemos la atención sería un salto que nos hace falta.