La historia fue así: el actor y periodista Francisco Silva le sacó un collar de perlas a su mamá, se lo puso, se sacó una foto y la subió a redes sociales. Después de eso, varios de sus seguidores le preguntaron si vendía el collar. Primero dijo que no y después preguntó de vuelta si usarían uno. Y así partió, en diciembre de 2020, un emprendimiento que día a día toma más vuelo. Mish Las Perlas se llama en Instagram.
“Me llamó la atención que muchxs estaban interesados en usar collares de perlas y empecé haciendo de plástico, pero después en Santiago Centro encontré perlas de río muy lindas, y las empecé a armar a mano”, cuenta Francisco. Y se dio cuenta que podía ser un buen negocio. En diciembre, hizo 40 envíos y llegó hasta Punta Arenas. Para reconocer la calidad de la perla, explica y recuerda lo que le enseñó su madre de pequeño, basta una “prueba dental”. Al morderla, la perla de río auténtica no se raya y siempre está fría y dura.
La técnica que emplea es ubicar una tras otra 34 perlas en un hilo encerado blanco y cuyo diámetro es de 43 centímetros, que son más ajustadas que los clásicos collares largos muy de moda desde los años ’20 inclusive. Además, están las perlas más pulidas, aquellas muy blancas y redondas y otras menos pulidas, que toman tonalidades azules, violetas y grises, además de tener formas menos perfectas. “Las perlas auténticas cuentan con pequeñas irregularidades, es decir, no son exactamente esféricas. También pueden ser planas, oblongas o tener forma de lágrima”, explica.
Para entender el boom en su uso en hombres, hay que ir a lo que ha hecho Harry Styles, quien instaló el concepto de perlas en outfits diarios y en sus conciertos, pero antes, en 2016, el cantante Pharrell Williams modeló con perlas vestido por Karl Lagerfeld para la casa Chanel.
“Yo lo que busco es que sean parte del outfit cotidiano. Las puedes usar con una polera, con camisa, polerón, encima de la ropa, como quieras. La idea es que sea parte del atuendo, que destaque por el conjunto”, dice.
Por lo mismo, como lo dice en su Instagram, Mish Las Perlas no tiene género y le han comprado tanto hombres como mujeres. Lo que quiere Francisco es relevar la importancia que todes se sientan bien, cómodos con lo que usan, más allá que si el accesorio es, supuestamente, de un determinado género o incluso de un determinado sector social. “Me he encontrado con amigos en el Metro que andan con las perlas y me agradecen por haberme atrevido a hacer collares de perlas para todes, ¡siento que hice algo por la comunidad!”, dice entre risas, pero en serio, Francisco.
Por lo mismo, como lo dice en su Instagram, Mish Las Perlas no tiene género y le han comprado tanto hombres como mujeres. Lo que quiere Francisco es relevar la importancia que todes se sientan bien, cómodos con lo que usan, más allá que si el accesorio es, supuestamente, de un determinado género o incluso de un determinado sector social. “Me he encontrado con amigos en el Metro que andan con las perlas y me agradecen por haberme atrevido a hacer collares de perlas para todes, ¡siento que hice algo por la comunidad!”, dice entre risas, pero en serio, Francisco.
* Las fotos son de @magdalenafotografa
