La creatividad y la expresión en la moda son infinitas, y no siempre tienen que venir de la mano de casas de lujo o representantes extranjeros. En Chile, tenemos varios diseñadores y artistas que proponen sus propios estilos, entre ellos Paz Bustamante, más conocida como Tetra Punk (@tetrapunkk). Paz ha llevado por delante el reciclaje y la intervención textil, encuadernación y además talleres para enseñar diversas técnicas como parte de su universo, uno donde ahora sus especiales estampados marmolados de elaboración propia han logrado seducir a muchísimas clientas y alumnas, entre ellas las actrices de “La Jauría”, Mariana di Girólamo y Paula Luchsinger.
TetraPunk va de la mano con el reciclaje y la mezcla de distintas técnicas textiles. ¿Cómo has visto la evolución de tu proyecto a través de estos años, desde que nació en 2008?
Tetrapunk nació con ese propósito, la experimentación entre la materia del reciclaje y la reutilización mezclado con diferentes oficios, no tan sólo textil sino que como soportes de varios otros artes. En el camino también me enamoré más de otros procesos que tienen plena relación con él área textil y por ahí seguí mi desarrollo, experimentando y estudiando montón. Tetrapunk ha pasado realmente por un todo, puedo decir que es mi alter ego y le he dado la libertad de mutar, mezclar y desarmar para poder seguir desarrollándolo dependiendo de mis inquietudes. Creo que por bien o mal, la evolución de la marca ha sido muy natural y orgánica; lo relaciono también al tiempo de maduración de la idea, creo que es clave para cualquier emprendedor o diseñar el tiempo. Todo tiene su recompensa.
–El marmolado ha sido la base de algunas de las prendas más entretenidas que hemos visto de tu autoría. Cuéntanos cómo llegaste a esta técnica.
El marmolado está en Tetrapunk desde sus inicios porque como reciclaba textil lo que me gustaba era darle una segunda vida a esa tela que ya perdía uso, entonces para eso ocupaba las técnicas de impresión levantando un material que estaba para dar de baja, volviéndolo a la vida. Yo comencé por el Suminagashi, que es el marmolado japonés. Lo aprendí en Argentina, en un curso en la Librería Palermo; ese viaje fue muy alentador y clave en mis decisiones, porque frustrada con la carrera que no terminé (Diseño Industrial), buscaba algo que me hiciera sentir viva. Me fui para allá y comencé a tomar todos los cursos que pude. Ahí descubrí básicamente lo que me gustaba. Siempre he sido creativa así que me compré un par de libros y comencé a desarrollar la técnica un poco desde la intuición. Acá no había nada, estoy hablando del año 2008- 2009, no habían herramientas, así que comencé hacerlas yo misma y vinculé a mi papá en esto también que sabe más de madera y logramos sacar las herramientas clásicas, ya que los materiales tradicionales de la técnica tampoco los encuentras. Entonces fue una búsqueda muy personal y básicamente autodidacta, que me llevó a la exploración de la técnica.
-¿Cómo es el proceso común en cuanto a realizar un estampado marmolado en ropa?
Más que ropa como prenda, es en textil porque la técnica la llevé a formato de metro para poder sacar estampado o impresiones que tienen que ver con un producto único; no tiene que ser ropa la única posibilidad; en @tetrapunkk hay libertad con respecto a los productos que trabajamos. El marmolado, como le digo a mis alumnos, tiene un proceso previo muy largo. Normalmente se piensa que ponemos agua, la pintura y ya está, y en realidad el trabajo anterior a ponernos a dibujar sobre nuestro baño es mucho más complicado de lo que se ve. Lo primero que tienes que pensar es que la tela que ocupes sea la adecuada, lavarla y trabajar el mordentado para fijar el color, preparar tu baño donde dibujarás junto con tus pinturas. Luego el estudio de la paleta de colores, que casi siempre es trabajo en conjunto con mis clientas; pruebas de color y patrones para poder estar recién imprimiendo el primer textil. Luego secas y entras a la etapa de moldeado o moldaje de la prenda y vez en qué se va transformar; sacas medidas, y María -quien es mi costurera-, confecciona y luego la prenda vuelve a mis manos para terminaciones finales; botones hechos de la misma tela y empaquetado.
–Últimamente has vivido un verdadero boom bajo esta técnica, recibiendo pedidos de muchos estilos diferentes y con nombres como el de Mariana di Girólamo llevando tus prendas. ¿Cómo ha sido para ti esta cuarentena en relación al trabajo y también a los procesos?
Ufff!! Primero estuve atormentada, casi diciendo “tendré que reinventar nuevamente todo”; yo creo que a muchos emprendedores y diseñadores les paso lo mismo. Pero con el tiempo, creo que fue un depurante en general de todo; como había más tiempo me traje el taller para la casa como pude, traté de ordenarme un poco con la logística y tratar de optimizar tiempo en producción. Buscar materiales y seguir experimentando en moldes nuevos, en nuevas pinturas y así la búsqueda eterna me mantiene despierta en el ahora; me encanta poder tener tiempo para prestarle más atención a los detalles y que mis clientas también lo noten. Por ahí también comenzaron a salir esas pegas que te alientan a seguir y que te tiran para arriba: así conocí a Mariana di Girólamo y Paula Luchsinger, quienes idearon sus paletas de colores y le dimos vida a varias prendas marmoladas, con estampados diseñados básicamente para ellas. Me encanta diseñar para mujeres que tienen palabra y cosas que decir y soy muy agradecida de eso.