El normcore entró de lleno a la moda con el sportswear y las campañas e imágenes estilo Balenciaga/ Vetements inundan las redes sociales. Lejos quedaron los esfuerzos más creativos por entregar campañas que mantuvieran una trama más allá de mostrar ropa bonita y por eso la última serie de fotografías de Versace sorprende: en ellas se ve a Jennifer Lopez interactuando con teclados y pantallas virtuales, en una especie de auto homenaje y celebración de la casa por su hito junto a JLo y el famoso vestido verde. Pero ésta, no es la primera vez que vemos este lazo.
En febrero de 2000, la actriz y cantante llegaba a los premios Grammys del brazo de su entonces novio P. Diddy y vestida con un traje de la casa Versace firmado por Donatella. Cómo olvidar ese momento; gracias a la artista, se inventó el sistema de búsqueda de imágenes Google, un hito no menor que acompañó la enorme popularidad que hasta el día de hoy impone el escotado modelo de estampado tropical. Tan influyente ha sido que en septiembre, JLo reapareció con otro traje bajo el mismo tono cerrando la pasarela Versace, en uno de los más aplaudidos cameos alguna vez vistos en una semana de la moda.
La relación entre moda y tecnología a través de las campañas ha sido variada. Mientras en la década del 2000 todos descubrían Internet, las redes sociales y los nuevos modelos de teléfonos celulares para mantenerse conectados, era otra marca italiana la que se adelantaba a la situación actual. Dolce & Gabbana ponía a Gisele Bundchen bajo la dirección del incombustible Steven Meisel a protagonizar una fantasía al más puro estilo Sliver (1993), película donde Sharon Stone era vigilada a través de cámaras por William Baldwin. Y con ello, también incluía guiños a Internet, los mismos que en la campaña de Versace son amplificados de manera potente, dándole aun más status de diva a la artista.
