Hace rato buscaba sumergirse más y más en el mundo de la moda como parte del escuadrón creativo que tiempo después comandaría. Luego de un largo tiempo como diseñador freelance –“no estoy para ser asistente”, dijo antes de irse de Jean Patou–, Karl Lagerfeld tomó control de la casa Chloé en 1971. Pero en 1983 el desafío sería triple: además, se encargó de la creatividad tras la marca Fendi y le ofrecieron ser el diseñador de alta costura de Chanel, puesto que aceptó. Así nació en 1983 la primera colección del llamado Kaiser para su eterna marca.
Con más de 25 años como Director Creativo de Chanel, Lagerfeld fue el encargado de revitalizar la marca que para fines de los ’70 subsistía en base a sus ventas en perfumes y otros accesorios. En las páginas de la revista Vogue UK, las prendas minimalistas pero elegantes de Lagerfeld para Chanel hicieron su debut en el cuerpo de la modelo/actriz Talisa Soto, bajo la eterna combinación característica de la marca en negro, blanco y dorado, con reminiscencias a los años ’30. El éxito de la colección le aseguraría al alemán el puesto de Director Creativo de la línea pret-a-porter, tomando control total de lo diseñado bajo la firma tiempo después.
A pesar que varias veces ha afirmado que la ropa que diseña para Chanel no sería del gusto de Coco, su creadora y mítica diseñadora, Lagerfeld es sinónimo de elegancia, el alma más clásica e identificable de la moda y también, la parte más solitaria de la misma. Todo quedó en evidencia cuando apareció “Lagerfeld Confidential” (2007), el documental que mostró un retrato cercano acerca del diseñador de cabello blanco y trajes oscuros, que en los ’80 andaba de abanico en mano luchando contra el sobrepeso. Pero fue él quien popularizó a las modelos como musas –con Ines de la Fressange de su brazo en su primera colección–, el deseo por obtener uno de los bolsos de la marca y llevar trajes que nos recuerdan a los años ’20, ’30 o el tweed sin problemas.
Fotos: GlossySheen, Huffington Post.