Es un problema de todos. Miramos el clóset y no hay nada que ponerse. Nada nuevo al menos. Nada que nos inspire ni que nos den ganas de hacernos los creativos, asi que nos ponemos, otra vez, lo que las viejitas llaman “las mandas”: Los jeans clásicos, esos zapatos perfectos que ya tienen la forma exacta de nuestro pie, el little black dress que ha tenido días mejores…. Aceptémoslo, sin una estilista propia es difícil dárselas de Carrie Bradshaw todos los días.
Hablando de “mandas”… Como un ejercicio que nos alienta a la creatividad dentro de nuestro propio guardarropa, ha nacido The uniform project. Inspirado en las limitaciones del uniforme de colegio (que su autora usó durante toda su infancia) y en como ésas limitaciones obligatorias abren los límites de la imaginación, este experimento social-ecológico y fashion fue descrito por su creadora, Sheena Matheiken como: Desde mayo del 2009, he decidido usar un vestido por un año como un ejercicio de moda sostenible. Funciona así: Tengo 7 vestidos idénticos, uno para cada día de la semana. Todos los dias re-inventaré el vestido con capas, y todo tipo de accesorios, los cuales serán en su mayoría vintage, hechos artesanalmente, y donados.
¿Y el vestido? Según mi opinión, está lejos de ser un vestido perfecto. Es más bien un vestido template: Camisero, negro, y corto, sirve tanto para usar al derecho como abotonado en la espalda. Está claro que es bastante versátil: Lo que me inspira dudas es que si yo, personalmente, podría andar un año entero con un vestido que en realidad no es muy bonito y que aparte ¡tiene manga corta!. Ahora mismo están en verano en el hemisferio norte (Sheena, al parecer, vive en Nueva York), pero que va a hacer cuando haga frío? Habrá que verlo… porque no creo que valga ponerse una parka arriba y listo, ¿no?
En la página web, que actúa como diario, podemos ver todos las combinaciones que ha hecho Sheena hasta ahora. Siendo sincera, en estos 46 días que lleva este experimento, han habido varias tenidas que me gustan, y hay varias opciones imitables, sobre todo, de formas novedosas de usar capas, vestidos sobre otras prendas, etc. Sin embargo, también hay muchos looks que caben de frentón en la categoría de lo feo o lo inusable total.
Igualmente, aunque a veces sea fallido, si Sheena logra usar este vestido por diez meses y medio más (!!!) se ganará mis respetos. Para mi, y creo que para todos los que nos gusta la ropa, ésto tiene un tinte de auto control y de privación medio extraño, como (guardándo las proporciones, of course) esos monjes budistas que viven a base de agua y raíces.
Ah! Gracias a Stark por el link.