En estos tiempos ya no podemos hablar de “mejor y peor vestidos” y los términos “elegancia” o “bonito” son siempre de carácter subjetivo. Sin embargo, hay algo a lo que debemos aferrarnos: el poder de elegir. Si siempre hemos escuchado que vestir es un acto político, con mayor razón tenemos que hacer valer nuestro derecho a usar lo que queremos y en los colores que nos representan. Y esto va para todes, no solo para quienes trabajan hoy en día en nuestro Gobierno, aunque por supuesto todos los focos estuvieron puestos en esta nueva generación que alcanzó el poder a través del cambio de mando del viernes pasado. En un momento histórico -si, no podemos dejar de repetir eso más allá de posturas políticas-, fueron varios los participantes que decidieron apostar por la industria local, que se ha mantenido alicaída desde los años ’70, para mostrarse en este momento. Y aquí hablamos con esos diseñadores protagonistas.