Debemos admitir que estamos viviendo un momento en la que por fin los cánones de belleza y paradigmas de la estética se están cuestionando. Con campañas por internet, sesiones y editoriales fotográficas promoviendo la diversidad e incluso legislaciones contra las modelos ultra delgadas, ha surgido la pregunta: ¿qué tan real es lo que vemos en las revistas y anuncios de moda? Por lo mismo es que Nathalie Croquete, una fotógrafa, periodista y estilista francesa, decidió investigar qué es lo que sucede cuando una persona “normal” imita estas campañas publicitarias. ¿El resultado? La viralización absoluta de su experimento en su cuenta de Instagram que, a diferencia de algunos parecidos que existen en la red, destaca por la increíble calidad de las imágenes y la real intención de abrir el debate.
Nathalie dice que quería jugar a ser modelo pese a lo que ello pudiera implicar, como sentir que no calzaba, pensar lo que la gente pudiera decir de ella y sobre todo la comparación. Bautizando su arte como Spoof (parodia en francés) recolectó algunas de las más reconocidas campañas de firmas de renombre internacional y se lanzó a la aventura de maquillarse, posar y ser fotografiada, intentando recrear de la mejor manera lo propuesto por las grandes marcas. Su paso por Biba y Jean Paul Gaultier, como editora fotográfica, se refleja de manera clara en su resultado ya que la calidad no tiene nada que envidiar a las campañas que busca imitar. Si bien cuenta que el proceso completo fue algo extraño, lo más particular vino después de sacarse las fotos. Cuenta que no se reconoce a sí misma, ya sea por la cantidad de maquillaje, la iluminación o simplemente por verse por primera vez en el papel de la modelo.
Con la creciente viralización de su experimento han surgido cientos de teorías en torno a lo que supuestamente Nathalie quiso o quiere decir, pero ella misma prefiere dejar el camino abierto a que cada uno concluya como quiera. “Mujeres, consumo, retoque, cosméticos, envejecer, belleza. Todos estos conceptos se vienen a mi cabeza, pero no hay solo una respuesta a ellos, todos estos conceptos son tema de debate. Creo que la gente necesita acercarse de manera más espiritual a la vida, divertirse, y me hace feliz entregarles eso en algún sentido, incluso si solo me estoy burlando de mi misma”, comentó, aclarando que no trata de hacer una denuncia ni de culpar a la industria de la moda —recordemos que ella misma es parte de esa industria—, sino más bien generar el debate en torno a qué es lo que vemos a diario en las campañas publicitarias y cuán acostumbrados estamos a ello.
Imágenes: Instagram