Mucho ya se sabe sobre la contaminación global que existe en torno al teñido y tratado de los textiles en la industria de la moda. Entre el cuero y el tóxico emanado a las aguas, el cual genera demencia en zonas donde este material se trabaja única y exclusivamente, el tratado del algodón y sus fertilizantes, el lavado del jeans y sus 10.850 litros de agua que se utiliza en sus procesos productivos, el cual se está tratando de evitar con nuevas formas de fabricación y uso de los insumos y reutilización del agua o lavados con aire. La revolución textil es uno de los pilares fundamentales para fabricar a futuro con el menor impacto posible.
Dentro de las fibras se encuentran dos grupos, naturales y sintéticas. Las naturales provienen de la naturaleza y la celulosa, mientras que las sintéticas derivan de las fibras de algodón llamadas borras. Existen tres fibras celulósicas creadas por el hombre: Rayón, Acetato y Tri-Acetato. Según los expertos, Tencel es una fibra que lleva apareció en el mercado el 2010 y que se está utilizando mucho en la fabricación de prendas con menor impacto en la naturaleza. Es una fibra de última generación, una de las más respetuosas con el medio ambiente, se produce a partir de la pulpa de la madera del árbol de eucalipto y está con la certificación de Forest Stewardship Council, además de llevar el sello de la más alta calidad de Pan-European Forest Council (PWFC). Necesita menor cantidad de agua en su tratamiento y se puede mezclar con otras, es suave y fácil de usar. Si aún no tienen nada de este textil, la famosa marca española de ropa Mango esta temporada sacó al mercado productos fabricados con esta revolucionaria fibra.
Pero hablemos de innovación y creatividad queridos amigos; la alemana Anke Domaske no sólo miró el vaso de leche como una fuente de alimento ideal para mezclar con sus cereales favoritos, sino que pensó que con ella podría vestir. Esta bioquímica y diseñadora creó este nuevo textil llamado QMilch, ideal para la piel del ser humano ya que no provoca ningún daño o alegría, con una textura similar a la seda que se seca como el algodón. Por otro lado, existen muchas de las fibras sintéticas que están siendo procesadas con el sistema Airdye que elimina el agua en el proceso de teñido, lo que hace que la contaminación no llegue al recurso natural más importante del mundo. Como ya deben conocer, se han creado fibras a partir de plástico PET con botellas de plástico y residuos del mismo material, que son la base de la marca Ecoalf. ¿Y qué podemos hablar del cuero de laboratorio? Se fabrica con una mezcla de té verde, azúcar, bacterias y levadura, es capaz de “cultivar” un material que ella describe como “cuero vegetal”. Este material fue creado por la diseñadora Suzanne Lee, quien ha cultivado el arte de la ropa de una forma muy creativa.
Sin lugar a dudas podemos ver que la industria textil está buscando e innovando nuevas formas de reducir el impacto del dióxido de carbono en nuestro planeta y la contaminación del recurso más valioso que tiene la humanidad, convirtiendo esta parte importarte de la trazabilidad en los procesos productivos de las marcas en una más sustentable en el tiempo.