Tocados, dorado y más accesorios religiosos: así se vivió en general la esperada gala del MET Museum 2018, una que sobrepasó las expectativas y sin lugar a dudas, se transformó en una de las más destacadas de los últimos años. Allí, Rihanna fue una de las más llamativas, acompañada de varios otros nombres famosos.
John Galliano impuso un estilo papal en un traje que incluyó en su colección de Alta Costura F/W 2000 para Dior y este año, como Director Creativo de Maison Margiela, reinterpretó ese mismo look para que lo llevara la intérprete de Diamonds in the sky. Madonna lució su look religioso en manos de Jean Paul Gaultier, su compañero de moda de siempre. Zendaya se convirtió en una imponente Juana de Arco de la mano de Versace, mientras los largos trajes fueron otra tónica: Rita Ora en Prada, Diane Kruger en y Blake Lively también en Versace.
Cardi B apareció vestida de Moschino por Jeremy Scott luciendo un look peligrosamente similar al de Beyoncé en los Grammys 2017; Sarah Jessica Parker se fue por el barroco religioso de Dolce & Gabbana, mientras Lily Collins logró imponer algo más simple y efectivo con Givenchy. Todos expectantes a lo que mostrarían también los de Gucci, con Alessandro Michele acompañando al Jesús en colores Jared Leto y Lana del Rey con tocado de pájaros y corazón en espadas. Pero en un lugar donde el catolicismo reinaba con distintas interpretaciones -como la de Vera Wang en un vestido para la debutante de la gala Ariana Grande o Katy Perry con alas de ángel-, fueron dos grupos los que decepcionaron: Louis Vuitton y sus chicas muy poco acordes a la gala (Alicia Vikander, Michelle Williams y Emma Stone, entre otras) y las embajadoras de Saint Laurent x Vaccarello, quienes solo llevaron vestidos en negro y cuero con Kate Moss, Charlotte Casiraghi y Charlotte Gainsbourg, entre otras.