Al terminar las películas, los créditos finales dejan ver el total de los involucrados en la producción y en esas pequeñas palabras, el diseño de vestuario también ocupa su lugar. En varias de esas películas, hay un nombre que se repite mucho más que Armani o el de cualquier otro diseñador en Hollywood: el de Cerruti 1881, la marca más elegante del aplaudido diseñador italiano Nino Cerruti. Su símbolo incluso se expuso a través de “Bonnie & Clyde”, el clásico de 1967 donde Faye Dunaway llevó varias piezas del diseñador.
A fines de los años ’50, Nino entró de lleno a la moda y pronto comenzó a expandir sus tiendas, llegando a otros países y continentes. Pero antes que otros diseñadores miraran hacia el cine de manera consistente, Cerruti 1881 ya los había vestido a todos: además de Bonnie & Clyde, el diseñador puso sus elegantes trajes y sus prendas femeninas en La Dolce Vita con Anita Ekberg. Sus blusas, chaquetas y otras prendas las llevaron desde Kathleen Turner en La joya del Nilo (1985) hasta Sharon Stone en Bajos Instintos (1992), incluyendo el famoso look blanco de la escena más hot de la historia. Pero los hombres no quedaron atrás: Jean Paul Belmondo y Alain Delon vistieron Cerruti para Borsalino (1965), Richard Gere usó más de 100 trajes que le confeccionó el diseñador para Pretty Woman (1990) y algunos de los trajes de Don Johnson en Miami Vice fueron de la casa italiana.
Años después, Cerruti 1881 siguió dando frutos: vistió a los protagonistas masculinos de An indecent proposal (1993), a Harrison Ford en Sabrina (1996), a Jack Nicholson en Las brujas de Eastwick (1986) y además, a Jane Birkin y Serge Gainsbourg, entre otras estrellas francesas como Yves Montand y Catherine Deneuve. Su fama de confección de calidad y diseños elegantes aseguraron para siempre su marca, la cual siguió en el cine también con Baby Boom, vistiendo a Diane Keaton. Hasta Patrick Bateman, el psicópata mejor vestido, tuvo sus trajes Cerruti 1881. Christian Bale los llevó en American Psycho bajo una sola condición según el diseñador: que no los usara en las escenas donde asesinaba gente.
