Las Gansas en su momento estelar 

Las Gansas en su momento estelar 

César Muñoz y Luis Aliste le dieron forma, cuerpo y alma a . Todo es una mezcla de humor, seriedad, y un despertar político que desde hace poco tiempo, muestran en televisión abierta para Chile y el mundo. 

“Gansa, ¿partí tú?”, dice César Muñoz al otro lado de la cámara dándole el pase a Luis Aliste. Así a secas Las Gansas, que es como se han hecho conocidos estos dos amantes de la actuación y el humor. Si fue un proyecto de teatro de improvisación gay lo que los unió en la década del 2000, hoy están brillando en la televisión abierta, en un programa que va en el prime de La Red los sábados y donde hablan de todo, sin tapujos ni frenos. Ni un poco. Luis cuenta que al salir del colegio quiso estudiar teatro pero no logró entrar, así que se dedicó al transformismo. Su personaje, Camila Manson, se paseó por concursos del Santiago gay de principios del milenio hasta que en Bocara, la conocida disco del Barrio Bellavista, fue contratado. Estuvo cinco años ahí hasta que aterrizó en la marca MAC, donde fue maquillador y luego gerente de formación. Tras nueve años en ese trabajo, co-fundó una academia de maquillaje llamada BeautyPoint

– Luis, ¿cómo construyes a Camila Manson el personaje en los 2000. 

Los referentes que existían en ese entonces eran las divas pop y como a mi me gustaba el teatro, yo buscaba cosas dentro de las obras que iba a ver o de las películas. Era una huacha media irreverente, porque nunca fui tan flaco, ni tan gordo tampoco. Entonces la mayoría se ponía vestido de lentejuelas, yo me ponía un buzo. Todos usaban plumas, yo me colgaba las plumas colgadas de las manos. Las transformistas usaban petitos y yo compraba una polera de basquetbolista y la rajaba por la mitad. Mis referentes eran Gwen Stefani, Shirley Manson. 

– Igual es raro, todas se enfocaban en ese tiempo en Britney, Madonna, Christina Aguilera, ¿por qué decides salir de la caja?

Es que ya estaban las otras. ¿Para qué voy a hacer lo mismo que las otras? Sin duda que lo hacía también. Si me pedían hacer Madonna lo hacía, pero también preguntaba si podía hacer Massive Attack y me decían que sí. 

– Había harta influencia de Hija de Perra también…

Todo lo que hacía Hija de Perra en el under, no me estoy poniendo al nivel de ella, por supuesto que no, pero yo estaba en el otro lado, como en el lado más pop. Yo tenía un poquito de lo under, no cabezas de chancho, pero sí tripas de huaipe con granadina. 

– ¿Cuál es el estado de Camila hoy?

Está en estado de intemperancia, está curá, jajaja. No, está esperando el escenario para volver con la impro y también tengo tres canciones en Spotify de house noventero. Pero Camila está esperando para presentar sus canciones en un espectáculo en vivo. Camila Manson es más de escenario que de streaming.

Fue cuando renunció a MAC que Luis se reencontró con César, a quien conocía de la época del Bocara y se pusieron a trabajar juntos. César tenía que trabajar para una obra de Los Quintana y Luis le enseñó a maquillarse de drag. Luego César, que hacía teatro de improvisación gay, lo invitó a participar como Camila Manson. Cuando estaban juntos promocionando una obra en Súbela Radio, en el programa de Natalia Valdebenito, fue cuando los invitaron al programa Ciudad Cola, el que luego saltó a Vía X y el resto es historia conocida. 

César, por su parte, se describe así: “estudié Teatro en el Duoc. Toda mi vida me he dedicado a la actuación. Por supuesto que como Chile es tan ingrato con los artistas, uno siempre ha tenido que rebuscarse las formas de generar lucas. Trabajé de mimo, me disfracé de prestobarba, de viejo pascuero, trabajé de contador en la oficina de mi familia. Pero nunca dejé de hacer teatro, porque o si no me iba a secar”. “Desde que empecé a hacer a principios de los 2000 teatro de improvisación gay, de ahí en adelante todas mis pegas se empezaron a relacionar con lo gay, inconscientemente o buscándolo, no sé. Pero todo fue hacia allá: teatro de temática gay, cortometrajes donde hacía de transformista o de una señora. Me fui dando cuenta que me acomodaba mucho estar hablando el mismo lenguaje”. 

– ¿Y ahí parte también el activismo por la causa LGBTIQ+?

César: Eso es sin quererlo. De cierta cierta forma, te la van adjudicando. Como que vas corriendo y te pasan la bandera y no sabes si tomarla, pero te la pasan. Hasta que finalmente lo decidí, y sí, llevo esta bandera en alto, con orgullo y es una lucha de todos los días.

– ¿Qué tan difícil era hacer teatro cola o activismo gay en esa época, cuando los iconos eran Gonzalo Cáceres, versus hoy que llegan a la televisión abierta en horario prime?

César: Cuando uno era más pendejo no había Internet y había que salir a la calle a comunicarte, a conocer a otros de tu misma especie. Había ciertos códigos para reconocer al otro como cola. Ahora vas al Bellas Artes y te topas con cien primas de una. Y los referentes eran Italo Passalacqua, Gonzalo Cáceres, el Jordi Castell se mencionaba un poco. Era heavy, porque siempre a los colas de ese momento los hueveaban o como que no se reconocían como tal. Ahora, con el Internet, ves referentes en todas partes y eso es bacán porque se van apropiando de los espacios y de las herramientas que tenemos. 

Luis: Hay algo que tiene que ver con la y el reconocimiento. En muchos lugares se usaban códigos de vestuario para reconocerse en la calle. Te ponías un pañuelo de un color, en el bolsillo de atrás del pantalón y era que andabas buscando hueveo y querías sexo. Si era de otro color, estabas comprometido. O que eras activo, pasivo. 

– Y a partir de ahí, ¿cómo construyen a Las Gansas, cuánto tiene de personaje, cuánto de ustedes realmente?

César: Después de trabajar en Los Quintana y cuando empezamos a hacer impro, yo le digo al Lucho que podría volver con Camila Manson. Ahí nos empezamos a juntar más. Pasaba todo el día en su casa, nos organizábamos para ir a Bandera a buscar vestuario. El Lucho en esa época tenía una amiga que se trataba pa’ arriba y pa’ abajo como gansa. 

Luis: Una jefa cuiquísima. Y ellas usan caleta el ‘gansa’ y yo jugando con mi jefa, le decía así. Y César se sumaba y yo le decía gansa a ella y ella gansa a mí. Y siempre con ese tono como arribista. Y nuestros amigos nos empezaron a reconocer como Las Gansas

César: En el fondo Las Gansas somos nosotros mismos, con el volumen un poquito más arriba, más exacerbado. 

Ilustración x @juanandriu

– En sus programas, además de harto humor, mezclan contingencia y temas serios, ¿por qué? ¿Es también para salir del prejuicio de que los colas solo hablamos del carrete y de Ru Paul?

Luis: Hay mucho de eso. El que nos mostremos en público con ese volumen alto como dice mi gansa, es porque los que se mostraban hasta ese entonces, eran todos en una misma línea, más serios, más heteronormados, como encajando, musculosos. Higiénicos. 

César: Nosotras somos bastante cochinas. 

Luis: Nosotras como que somos guatonas, del pueblo, andamos en micro. Queríamos mostrar a la cola femenina y que no tenía ningún problema con ser femenina. En la comunidad cola pasa que en la intimidad son femeninos, y en público son masculinos medios forzados. Nosotros lo hicimos al revés. 

César: Cuando uno era chico, se acostumbraba a que ser amanerado estaba mal. A mi mamá la llamaron del colegio para decirle que yo era muy amanerado. Entonces esto también es reivindicar eso, hacerlo propio. Como que está todo bien, no pasa nada, no es nada terrible. 

– Luis: Y por otro lado sí, nosotros no solo vamos a hablar de Madonna y de moda, también podemos hablar de lo que nos pasa: todos andamos en micro, tenemos salud, pensión. No podemos ser indiferentes a una realidad. 

– Hubo un estallido popular entre medio

César: Cuando estábamos en el Vía X dábamos noticias, pero más soft. Un elefante gay en la India, o una pareja de pingüinos hombres, pero cuando Chile despertó y empezó a quedar la cagada, un día llegamos al canal y no había noticias de eso, cuando en Plaza Italia estaba quedando la grande. Y decidimos no quedarnos indiferentes, sino opinar sobre la contingencia. Y nos dimos cuenta que la gente quería esa perspectiva gansa nuestra de la realidad. Opinar que la salud es mala, que el Presidente es como el forro. 

– ¿Y con qué Chile sueñan Las Gansas?

Luis: Es fundamental una sociedad donde el respeto sea algo que no haya que estar exigiendo. Eso es básico. Después, que podamos salir a la calle sin que nos peguen, sin que nos maten. Una sociedad justa en salud, educación, pensiones. Está tan manoseada la palabra dignidad, pero es cierto, qué ganas que sea todo digno. 

César: Sueño con un país donde la educación sea importante desde muy chico. Los temas del respeto, la tolerancia, pasa mucho por ahí. El acceso a la educación que sea para todes por igual y eso va a hacer que crezcamos en un país mucho más libre, para que en relación a la comunidad no te vayan a molestar, que uno pueda optar a esa libertad para ser feliz. Sueño con dejarle un mejor país a mi sobrina y a todos los hijos, hermanos, primos más chicos. 

Moda y estilo propio

Ambos reconocen que son más bien relajados a la hora de vestirse, que buscan la comodidad. 

Luis dice que tiene muy poca ropa y que se repite bastante su estilo. Bastante buzo y polera básica de retail. “Por mi cuerpo, me siento más cómodo con ropa que no muestra tanto mi cuerpo, que no defina tanto la figura, soy harto del oversized. Harta feria, ropa usada, los básicos me gusta comprarlos en el retail. Piezas especiales las hago con amigos diseñadores, compro la tela, les paso la idea y se me diseñan, como Julio Lobos y Sebastián Ríos, que me hacen ropa a mí y a Camila Manson. Los aros también me los cambio para eventos”. A César le gusta mucho hurguetear en la calle Bandera del centro de Santiago. “Puedes encontrar piezas únicas. O sea, si te compras una camisa en Zara o algo en H&M, vas a bailar o a un bar, y te encuentras con tres personas vestidas igual. Me gustaban mucho las camisas, siempre ando mirando camisas para comprarme y me encantan con estampados. Y en poleras me gustan con una imagen bonita, que me signifique algo a mí y eventualmente a otra persona.  Cuando venían las de Ru Paul y traían su merch, siempre me compraba su polera de Violet Chachki o de Alaska, Adore Delano. O también me hago poleras con el diseñador Sr. González”, dice. 

¿Qué opinan de las tendencias actuales en la moda, de lo oversized, lo genderless?

Luis: Hoy estamos en una etapa en que te puedes poner algo de los años ‘20 y está súper bien, o te pones algo de los ‘90 y también está bien. Es bacán que cualquier persona pueda usar cualquier cosa, más allá de los códigos que existen. Las personas de marketing de las marcas lo están usando, lamentablemente, para beneficio de sus marcas, pero afortunadamente en la libertad del uso de las personas. 

César: Me encanta que se haya empezado a usar esto de la ropa sin género. Me acuerdo que cuando chico quería tener patas lycra pero eran para las mujeres, entonces tuve que inventar que eran para hacer deporte, para andar en bicicleta. Eso me hacía mirar raro cuando veía a un hombre en la calle con algo rosado y son cosas que te vas sacando, porque son cosas con las que vienes: el machismo, el hombre celeste, la mujer rosado, la falda es de mujer, el pantalón es de hombre. Me parece fantástico que la ropa ya no tenga género y que cada uno pueda ocupar lo que quiera.

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