Como muchas casas de costura italianas, para Lanificio Fratelli Cerruti lo más importante es su constitución familiar. Con el lema “elegancia innata,” la casa Cerruti se ha dedicado a la confección de prendas cuyo especial atractivo ha sido la alta calidad de las telas.
El comienzo de la producción familiar data del siglo XVIII, cuando Cerruti ya aparecía en las listas de productores de arte y negocios “Arti et Negotij”, un término que designaba en la época a aquellas personas que manufacturaban prendas de vestir. Desde ese momento, varias generaciones de la familia de dedicaron al área del diseño en distintas compañías, hasta formar la casa que daría vida a Lanificio Fratelli Cerruti.
Así que, en 1881, Antonio Cerruti, junto a dos hermanos y un primo, fundaron la compañía cuando compraron una fábrica a orillas del río Cervo, al noroeste de Italia, lugar donde la fábrica aún está situada. El objetivo era producir textiles innovadores y de calidad, por lo que la fábrica rápidamente incorporó electricidad —aún inusual en la época— y comenzó a trabajar con la maquinaria más avanzada. El éxito se consiguió después de pocos años, y la producción creció constantemente. Para 1900, la producción anual alcanzaba las 10.000 piezas de fino hilado textil. Durante la I Guerra Mundial, la fábrica cumplió un rol fundamental proveyendo grandes cantidades de telas color verde y gris para el ejército.
La era de Silvio Cerruti, hijo de Antonio, junto a su tío Quintino, se destacó por acrecentar los niveles de calidad y el funcionamiento correcto de la marca. En esta época, se consolidan las posiciones de prestigio ganadas en los mercados extranjeros, especialmente en América del Sur y Medio Oriente. Pero con la prematura muerte de Silvio en 1951, su hijo mayor Nino se encarga de la compañía. Con tan solo 20 años de edad, Nino demuestra su talento innato mediante excelentes habilidades de organización y un gusto estético de primera.
En 1957, Nino se inserta en el mundo de la moda y funda Hitman, una marca especializada en la producción de vestuario masculino. Una década después, Nino inaugura Maison de couture en París. Con este evento, se establece como el primer diseñador en lanzar en París su propio sello de alta calidad de prêt-à-porter para hombres. Pero no solo eso. También, es la primera boutique de pret-à-porter donde se muestran las colecciones masculinas y femeninas al mismo tiempo, y en el mismo lugar. Por eso, en 1968, cuando Nino realiza su primer desfile, es la primera vez que hombres y mujeres modelan en la pasarela con la misma ropa.
Nino ya es considerado un ícono de estilo. Su fama se debe tanto a la estirpe familiar que lo sustenta, como a su más grande logro: crear el “Casual Chic,” un look lujoso y glamoroso que rápidamente se volvió popular. Pero eso no es todo. Nino llevó el negocio familiar hasta el cine, transformándose en uno de los diseñadores más prolíficos para Hollywood. Su relación con el mundo del cine lo llevó a confeccionar los trajes para diferentes producciones cinematográficas, entre ellas el vestuario de Michael Douglas en Jewel of the Nile (1986), el de Diane Keaton en Baby Boom (1987), y el de Richard Gere en Pretty Woman (1990).
Con el tiempo, Nino dejó de lado el mundo de la moda y se centró en el negocio familiar. Desde entonces, Lanificio Fratelli Cerruti ha estado enfocada en la producción de telas de alta calidad. Nino adquirió Baleri-Italia el 2005, una compañía líder en el sector del diseño de interior, por lo que la compañía ha tomado ese cariz desde aquel momento. Lo importante es que, mientras el apellido de Cerruti siga existiendo, Lanificio Fratelli Cerruti pasará a la historia.
Imágenes: lanificiocerruti.com