Tim Brown es CEO y presidente de IDEO, una firma de diseño global que se ocupa de ayudar a distintas organizaciones, tanto privadas como públicas, desde una perspectiva basada en los requerimientos del hombre. Esto es, identificar nuevas formas de servir y ayudar a la gente haciendo patente distintas necesidades, conductas y deseos latentes en la sociedad. Por eso, Brown se ocupa de dar distintas charlas en las que establece el valor del design thinking —pensamiento del diseño— como forma de innovar y responder de manera creativa a los nuevos desafíos que enfrenta el siglo XXI. Esta vez, revisamos su inspiradora charla TED, donde habla sobre la labor del diseñador y las nuevas maneras de aproximación a los fenómenos actuales, haciendo un llamado a todos los diseñadores de todos los ámbitos posibles.
“Me gustaría hablar sobre lo que pasa cuando nos movemos del diseño al pensamiento del diseño. El primer proyecto que me encargaron, hace como 25 años, era una máquina de carpintería. Mi trabajo era hacer que fuese un poquito más moderna y fácil de usar. Pensaba, en aquel momento, que me salió bastante bien. Desafortunadamente, no mucho después la compañía quebró. Mi segundo proyecto fue una máquina de fax. Puse algo de tecnología nueva con una cubierta atractiva. Pero otra vez, 18 meses después, el producto era obsoleto. Y ahora, por supuesto, toda esta tecnología es obsoleta”.
“Esta pequeña manera de ver el diseño es un fenómeno relativamente reciente, que de hecho surgió en la segunda mitad del siglo XX cuando este se volvió una herramienta del consumismo. Así que al hablar de diseño hoy, y particularmente cuando leemos sobre ello en la prensa, a menudo estamos hablando de productos como estos. ¿Entretenidos? Sí. ¿Deseables? Tal vez. ¿Importantes? No demasiado”.
“Pero esto no fue siempre así. Me gustaría sugerir que si adoptamos una manera diferente de ver el diseño, y nos centramos menos en el objeto y más en el pensamiento del diseño como enfoque, en realidad podríamos ver el resultado en un impacto mayor. Este caballero, Isambard Kingdom Brunel, diseñó muchas cosas importantes durante su carrera en el siglo XIX, incluyendo el puente suspendido Clifton en Bristol y el Thames Tunnel en Rotherhithe. Ambos grandes diseños y también muy innovadores. Su creación más importante atraviesa justo en Oxford. Se llama la Great Western Railway”.
“Esto era antes en el siglo XIX. Y hacer eso significaba crear las pendientes más planas que jamás se habían hecho, lo que significaba construir viaductos largos a través de valles y túneles largos como el que hay en Box, en Wiltshire. Pero no paró allí. No paró con solo intentar diseñar el mejor viaje en ferrocarril. Imaginó un sistema integrado de transporte en el que sería posible para los pasajeros embarcar en un tren en Londres y desembarcar de un barco en Nueva York. Un solo viaje de Londres a Nueva York. Este es el Great Western que construyó para ocuparse de la segunda mitad del viaje”.
“Brunel trabajó 100 años antes de que surgiera el diseño como profesión. Pero pienso que estaba usando el pensamiento del diseño para resolver problemas y crear innovaciones capaces de cambiar el mundo. El pensamiento del diseño empieza con lo que Roger Martin (el profesor de la escuela de negocios de la Universidad de Toronto) llama pensamiento integrador. Y esa es la capacidad de explotar ideas opuestas y limitaciones opuestas para crear soluciones nuevas. En el caso del diseño, eso significa equilibrar deseabilidad, lo que los humanos necesitan, con viabilidad técnica y viabilidad económica. Con innovaciones como el Great Western podemos estirar ese equilibrio hasta el límite absoluto”.
“Con la maduración de nuestra sociedad industrial el diseño se convirtió en profesión y se centró en un lienzo aún más pequeño hasta que acabó significando estética, imagen y moda. Pero creo que el diseño se está volviendo grande otra vez. Y eso está ocurriendo a través de la aplicación del pensamiento del diseño a nuevos tipos de problemas: al calentamiento global, a la educación, asistencia sanitaria, seguridad, agua potable, lo que sea”.
“Mientras vemos el resurgimiento del pensamiento del diseño y lo vemos empezar a enfrentarse a nuevos tipos de problemas, hay algunas ideas básicas que pienso que son útiles. La primera de ellas es que el diseño es antropocéntrico. Puede que integre tecnología y economía, pero empieza con lo que necesitan los humanos. ¿Qué hace que la vida sea más fácil, más agradable? ¿Qué hace que la tecnología sea útil y utilizable? Eso es más que simplemente buena ergonomía, como poner lo botones en el lugar adecuado. A menudo implica entender cultura y contexto antes incluso de que sepamos dónde empezar a tener ideas”.
“En vez de empezar con la tecnología, el equipo debe empezar con la gente y la cultura. Así que si la necesidad humana es el punto de partida, entonces el pensamiento del diseño rápidamente sigue adelante para aprender creando. En lugar de pensar sobre qué construir, es necesario construir para pensar. Los prototipos aceleran el proceso de innovación, porque es solo cuando sacamos nuestras ideas al mundo cuando de verdad empezamos a entender sus fortalezas y debilidades. Y cuanto más rápido hagamos eso más rápido evolucionan nuestras ideas”.
“En lugar de ver el consumo como su objetivo principal, el pensamiento de diseño está empezando a explorar las posibilidades de la participación. El cambio de una relación pasiva entre consumidor y fabricante al compromiso activo de todos en experiencias que son significativas, productivas y rentables. El diseño puede que tenga su mayor impacto cuando se saca de las manos de los diseñadores y se mete en las manos de todos. Pero me gustaría volver a Brunel y sugerir una conexión que puede que explique por qué esto está pasando ahora y tal vez por qué el pensamiento del diseño en una herramienta útil. Esa conexión es el cambio. Porque en tiempos de cambio necesitamos nuevas alternativas, nuevas ideas”.
“Brunel trabajó en plena Revolución Industrial, cuando toda la vida y nuestra economía estaba siendo reinventada. Los sistemas industriales del tiempo de Brunel siguieron su curso y, en efecto, hoy son parte del problema. Pero, otra vez, estamos en medio de un cambio masivo. Y ese cambio esta obligándonos a poner en cuestión aspectos bastante fundamentales de nuestra sociedad. Cómo mantenemos nuestra salud, cómo nos gobernamos, cómo nos educamos, cómo nos mantenemos seguros. Y en estos tiempos de cambio necesitamos estas nuevas opciones porque nuestras soluciones existentes simplemente se están volviendo obsoletas”.
“Entonces, ¿por qué pensamiento del diseño? Porque nos da una manera nueva de enfrentarnos a los problemas. En vez de volver por defecto a nuestro enfoque normal convergente en el que hacemos la mejor elección de unas alternativas disponibles, nos anima a tomar un enfoque divergente, a explorar nuevas alternativas, nuevas soluciones, nuevas ideas que no han existido antes. En lugar de tener un grupo de diseñadores estadounidenses pensando nuevas ideas que podrían haber sido o no apropiadas, tomemos un enfoque más abierto, colaborativo y participativo.”
Imágenes: Ted.com/ designthinkingmovie.com