Desde 1993, fecha en que lanzó su primer disco solista, Björk se transformó en la artista más querida del underground musical. No solo conquistó un estilo que se movía entre el pop, rock y otras experimentaciones electrónicas, sino también decidió llevar sus videos a otro nivel trabajando con ideas e importantes artistas que ayudaron a construir su sello. A pesar que ya han pasado más de 20 años desde ese disco llamado “Debut”, la cantante islandesa se mantiene en lo más alto de la escena musical y así lo confirma la exhibición que el Museo de Arte Moderno en Nueva York (MoMA) le dedica, hasta el 7 de junio de este año.
Con un resumen que incluye lo mejor de sus propuestas visuales, canciones y vestuario, Björk aparece como el centro de un culto que merece toda la atención. Entre el circuito más artístico y también el más popular, todos reconocen alguna de sus canciones, mientras su sentido de la moda también ha dado que hablar; ¿recuerdan el vestido de cisne que llevó a los Premios Oscars el 2001? Ese y otros trajes que ha llevado en sus giras, confeccionados por diseñadores como Iris Van Herpen y Alexander McQueen, aparecen como protagonistas de la muestra, que con sus elementos puede congregar a asiduos a la moda, la música y el arte.
Antes que el Museo Metropolitano de Nueva York o MET se lleve todas las miradas con su gala anual y la exhibición que será inaugurada el próximo 4 de mayo, la muestra de Björk en el MoMA permite conocer más sobre los procesos creativos que involucran el universo de una de las más originales cantantes contemporáneas. Después de su debut junto a Sugarcubes, banda que lideró en los ’80, la cantante se dedicó a demostrar que la moda podía ser herramienta artística, así como los videos musicales marcar pauta para nuevos horizontes que complementaran sus discos, los cuales también contaron con originales portadas que forman parte de la muestra.
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Fotos: Gigwise, Hyperallergic, TheNYPost, Slate.