En 2006, Sofia Coppola venía de ganar el Oscar a Mejor Guión por Lost in Translation (2003), lo que tenía a todo el mundo expectante ante su nueva película. La historia, el glamour y pomposidad de Versailles y María Antonieta fueron la base de su película protagonizada por Kirsten Dunst, quien se transformó en la famosa reina decadente. Para la película, Milena Canonero ideó el vestuario pero cuando Vogue puso en sus páginas al elenco y especialmente a Dunst, fueron diseñadores como Alexander McQueen, Chanel y Oscar de la Renta los diseñadores que también alcanzaron el espíritu de la francesa, en un trabajo a cargo de Annie Leibovitz.