Uno de los principales objetivos de cualquier diseñador es poder ganar experiencia junto a nombres claves de la industria. Realizar pasantías, desempeñarse como Asistente o simplemente trabajar junto a un gran equipo es algo clave para quienes están por graduarse o recién culminan sus estudios y durante estos años, nos hemos topado con algunos chilenos que han logrado alcanzar esta meta. Hace un tiempo, entrevistamos a Axel-Maarten Heilenkötter, quien ha trabajado en Anne Sofie Madsen, Yiqin Yin y Alexander McQueen. Hoy, nos relata su experiencia trabajando codo a codo con una leyenda de la moda : John Galliano. Porque Axel es uno de los pocos afortunados que logró convertirse en practicante en Maison Margiela, la casa donde Galliano ejerce el título de Director Creativo.
– Cuéntanos, ¿cómo llegaste a trabajar en Maison Margiela? ¿Cuáles eran los requisitos que te pidieron antes de seleccionarte?
Postulé a Maison Margiela cuando supe que estaban buscando practicantes a través de un funcionario de mi universidad. Lo primero que me pidieron fue un mini portafolio de cuatro páginas y una copia de mi curriculum ; una vez que ese material fue validado, me convocaron a una entrevista con los diseñadores del estudio. Durante ese encuentro, me presenté con mi portafolio – el cual no estaba terminado aun así que presenté gran parte de mi trabajo en formato digital-, y mi archivo de muestras textiles (más o menos unas 150 piezas de experimentación textil donde usé técnicas variadas). Al final de esta primera entrevista, la directora del estudio me preguntó si estaba disponible para tener una entrevista con John Galliano dos días mas tarde ; le dije que no (LOL). Finalmente, la entrevista con John Galliano fue agendada.
Tenía dos días para terminar de imprimir mi portafolio y ajustar detalles. El día de la segunda entrevista, tuve diez minutos para presentar mi trabajo frente a Galliano y los diseñadores de la linea Artisanal -departamento de alta costura en Maison Margiela-, y de la linea prêt-à-porter. Obviamente estaba ansioso y nervioso al principio, pero me recibieron de forma cálida, lo que me mantuvo en calma luego de los veinte primeros segundos. Ese día me presenté con mi portafolio impreso, un soporte digital para poder hacer ampliaciones de detalles de algunas prendas y nuevamente mi archivo de muestras textiles. Siendo una casa donde se le da mucha importancia al diseño textil, hice hincapié en este archivo de muestras. Un par de días después de esta entrevista, me escribieron para ofrecerme una práctica en el departamento de Alta Costura.
– De acuerdo a tu experiencia trabajando con otros diseñadores, ¿cómo es la dinámica en las casas de moda en las que has estado?
La dinámica en las casas de moda en las que he estado ha variado mucho de una a otra ; todo depende principalmente del tamaño de la empresa. Si se trata de una marca de tamaño modesto, uno se verá enfentado a tareas de todo tipo. Al haber menos funcionarios, los empleados y practicantes tienen que cubrir mas áreas para que la empresa funcione de manera correcta. En mi paso por Yiqing Yin y Anne Sofie Madsen, dos firmas de diseñadoras independientes, tuve que trabajar moldeando prendas sobre maniquí (técnica de moulage), hacer patrones, desarrollar fichas técnicas, trabajar en Illustrator y Photoshop, llevar a cabo investigaciones iconográficas y de referentes para las colecciones y desarrollar experimentaciones textiles. Todo esto además de tener que hacer fotocopias, ir a comprar ampolletas o almuerzo, por ejemplo. Naturalmente, a medida que pasa el tiempo, y al tener mas capacidades para algunas tareas que para otras, a alguna gente se le confía de manera más seguida una tarea en particular. Trabajar en este tipo de estructura es un gran momento de aprendizaje.
Cuando se trata de una casa de modas de mayor tamaño o de una gran firma internacional, el trabajo se vuelve mas seccionado y específico. Mientras más importante el tamaño de la empresa, más gente se podrá emplear para dividir las tareas y aumentar la productividad. Los departamentos aumentan en número, aparecen aquellos que se ocupan exclusivamente de los bordados, de los estampados, de los accesorios, de los tejidos, etc. Además, se separa claramente el “studio” (donde están las labores de diseño) del “atelier” (donde se confeccionan los prototipos). Tuve la suerte de trabajar en Alexander McQueen, en el departamento de bordados, donde uno ya no tenía que ocuparse de hacer patrones o de moldear ropa por ejemplo, si no que casi exclusivamente dedicarse al desarrollo textil. En Margiela, en el departamento en el que trabajo yo, me ocupo principalmente de realizar experimentaciones de silueta y textiles.
– ¿Cuál es el rol que cumples en Maison Margiela y qué rutina implica lo que debes hacer?
En general, los equipos en Maison Margiela no son muy grandes. Por departamento son entre cuatro a seis personas más o menos. En la linea Artisanal, donde trabajo yo, somos cinco personas. Todos tenemos un rol polivalente y nos ayudamos los unos a los otros. Los directores del estudio nos confían diferentes tareas, lo cual vuelve el trabajo muy dinámico. Me ha tocado hacer investigación iconográfica, experimentación textil, dibujar piezas para celebridades y clientas especiales y también trabajar en softwares como Photoshop e Illustrator, entre otros. Nos dan muchas responsabilidades y libertades, lo cual es increíble ; creamos y concebimos la colección todos juntos. Lo mejor es el gran espacio que se le da a la experimentación textil y de forma. Es posiblemente, una de las marcas donde más libertades hay en cuanto a esto.
– Si hablamos de trabajar en el extranjero para alguien que estudia Diseño en Chile, ¿crees que es posible llegar a alguna casa aun cuando no se tengan contactos o mucho dinero para ello? ¿Existen posibilidades al estilo de las becas de estudios para quienes tienen ganas pero no recursos?
Lamentablemente, los cupos de trabajo en las casas de moda alrededor del mundo son extremadamente limitados. El número de cupos es mínimo y la cantidad de diseñadores es excesiva. Lo que si hay, son cupos para hacer prácticas. Es un mundo bastante crudo y una realidad de trabajo bastante difícil de enfrentar. Muchas veces no basta solo con haber salido de una escuela reconocida, si no que hay que estar en el lugar correcto en el momento preciso. Tener contactos es evidentemente útil, pero no indispensable. Todo lo que he logrado hacer hasta ahora, por ejemplo, lo he hecho solo, sin ningun “pituto”. Hay que atreverse y presentarse a todo, no se pierde nada. Si uno tiene confianza en su trabajo, hay que darle no mas.
Evidentemente, para alguien que estudia diseño en Chile, pasar por una escuela en Europa por ejemplo, puede ser de gran ayuda y puede abrir varias puertas. En París, dos de las escuelas de diseño de vestuario y textil más importantes de Francia, son públicas y gratuitas : Ecole Duperré (donde cursé mi licencia en Diseño de Vestuario y Textil) y Ecole Nationale Supérieure des Arts Décoratifs. Vale la pena intentar informarse sobre estas escuelas (se que la Universidad Diego Portales tiene un convenio con la Escuela Duperré, pero en Diseño Gráfico). El Institut Français de la Mode (IFM Paris), donde cursé mi Magister, ofrece becas que cubren hasta el 80% del arancel anual. IFM Paris fue seleccionada como la tercera mejor escuela de moda en el mundo por la plataforma Business Of Fashion, gracias a sus programas de Magister (detrás de Central Saint Martins y Royal College of Art). Esta escuela tiene la particularidad de recibir a gente de todas partes del mundo y no solamente gente que ha cursado programas en escuelas europeas. Hay un número significativo de alumnos provenientes de México, Colombia o Brasil, por ejemplo. Vale la pena echarle un vistazo a esta escuela, que tiene programas de Diseño y Marketing. Cabe destacar que IFM Paris esta afiliada al grupo LVMH y otras grandes casa de moda internacionales, con quien se desarrollan proyectos en conjunto. Deben existir becas en otras escuelas tales como l’Ecole de la Chambre Syndicale de la Couture Parisienne, pero no estoy al tanto. Si se logra conseguir alguna beca o entrar a una universidad gratuita, el coste de la vida no se aleja mucho del coste de la vida en Santiago. Si bien el precio de los arriendos es más elevado aquí que en Santiago, el resto de las cosas andan por ahí. Santiago está tan pero tan caro, que los productos comestibles básicos por ejemplo, son más baratos en París. Sinceramente, creo que para mí hubiese sido mas caro estudiar en Santiago que aquí en París. El precio de las universidades en Chile es ridículo.
La escuela de la Cambre en Bruselas es una buena opción, está entre las mejores escuelas del mundo. No se específicamente cómo se realiza la selección, se que los cursos se realizan en francés, pero es una escuela subvencionada por el gobierno, lo cual vuelve los aranceles muy accesibles. La Real Academia de Artes de Antwerp (otra escuela entre las mejores del mundo), tiene un costo abordable comparadado a las otras escuelas de aproximadamente 850 euros por año. Otra opción son las escuelas en Alemania : hay algunas escuelas de artes aplicadas con programas de diseño de vestuario y textil, públicas, gratuitas y de excelente calidad. En todos los lugares en los que he trabajado, me he cruzado con muchísima gente que ha estudiado en Alemania. No poseo información acerca de las postulaciones a estas escuelas, pero sin duda vale la pena echarles un vistazo.
Las escuelas en Londres y Nueva York quedan sin duda fuera de alcance. Precios exorbitantes que muy poca gente puede pagar. La gran mayoría de los estudiantes de las escuelas londineses se endeudan al máximo para poder pagar sus estudios y pasan años reembolsando créditos. Sinceramente, no vale la pena.
– ¿Cuántas personas trabajan en el equipo de Margiela y cómo se genera la dinámica entre los empleados? ¿Existen más extranjeros como tú allí?
A pesar de la envergadura de la marca a nivel internacional, Margiela es una empresa de tamaño bastante modesto. En cada uno de los departamentos (Artisanal, Prêt-à-porter, Pre-fall/Cruise, Menswear, MM6), hay dos diseñadores y dos o tres practicantes. En los departamentos mas pequeños, como lo son el departamento de Knitwear, de Joyeria y de Accesorios hay un solo diseñador y uno o dos practicantes. En este momento, por ejemplo, el nombre de funcionarios en el área de diseño, incluyendo todas las categorías que señalé anteriormente, entre salariados y practicantes, llega a 28 personas.
En el departamento Artisanal, donde trabajo yo, está la directora del studio, un diseñador y somos tres practicantes. Las otras dos practicantes son extranjeras igualmente. Hay gente de muchas nacionalidades diferentes en todos los departamentos, la mayor parte proveniente de escuelas londinenses (Westminster, Central Saint Martins, Royal College of Art) y de escuelas parisinas (Ecole Duperré, IFM Paris, Ecole de la Chambre Syndicale de la Couture Parisienne, Ecole Nationale Supérieure des Arts Décoratifs). El ambiente es muy grato, casi “familiar”. La relación entre los diseñadores jefe y el resto es bastante cercana. Trabajamos todos en conjunto en el mismo espacio, intercambiando ideas de manera muy frecuente ; existe una gran complicidad al momento de trabajar. La idea de trabajo en equipo está muy presente. Lo más importante aquí, creo yo, es la dimensión humana que existe dentro de nuestro equipo. Hay derecho al error, a la pregunta, a la duda y eso es invaluable. Esto logra generar una dinámica de trabajo que da más tranquilidad y confianza en sí mismo a todos los practicantes que estamos ahí. Es definitivamente la mejor experiencia de trabajo que he tenido hasta hoy.
– Por último, cuéntanos qué sientes trabajando allí y si has estado ya en una instancia de desfile.
La verdad es que el trabajo que tengo en este momento es el trabajo ideal que no pensé que existia. Involucra muchísima experimentación textil, mi campo de predilección y es inmensamente dinámico. Espero poder quedarme luego de esta práctica ; estoy inmensamente satisfecho. Cabe agregar que hay un factor bastante surreal al cual ya me estoy acostumbrando : cruzarse y conversar con John Galliano casi todos los días.
Hasta ahora, he podido experimentar un desfile : la última coleccion prêt-à-porter S/S 2017, que se presentó a principios de marzo. Nuestro departamento tuvo que ayudar a finalizar algunas piezas para el desfile. Una semana antes, recibimos toda la colección desde Italia, donde se producen los prototipos. Durante esa semana se modificaron piezas, se hicieron los fittings, se seleccionaron los looks que desfilarían, se realizó el casting de modelos y las pruebas de maquillaje, todo en el mismo studio. Para esta colección, se ocupó mucho la idea de “desmenuzar” y cortar las piezas para mantener en pie solo las costuras, las pinzas y las líneas que darían una idea de la construcción de la indumentaria. Es por esto que tuvimos que recortar más de la mitad de la colección ; pasamos una semana casi entera en esto. Estábamos todos nerviosos de tener que meter tijera en los prototipos inmaculados que habíamos recibido. No podía haber ni un solo corte en falso. El día del desfile, todo fue sorpresivamente tranquilo, contrariamente a lo que he experimentado en otros desfiles. Se debe mucho al hecho que las colecciones no son tan grandes y se le asigna un solo look a cada modelo, lo que evita el desastroso cambio de ropa en dos segundos que hay que cumplir tan seguido en los desfiles.
Foto: Axel, Vogue.