Tantos rumores, peleas, etapas y estilos han vivido Los Prisioneros que es difícil encasillarlos. Su música también vivió cambios y aun son considerados los mejores exponentes musicales de Chile. Pero en 1990, con una formación distinta, dieron vuelta la página a través del disco “Corazones”, el cual también contó con un nuevo look a la hora de mostrarse en conciertos y entrevistas.
Desde que se fue Massimo Giorgetti, Pucci parecía ir sin rumbo nuevamente, convirtiendo su revival en un incidente similar al de Halston. Pero aunque aun no encuentran un nuevo Director Creativo desde el año 2017, el equipo tras la marca italiana sigue firme reviviendo el estilo de los ’60 con toques modernos. Y eso vemos precisamente en el lookbook Resort 2020 que recopila gran inspiración en el pasado y sus iconos.
Para muchos, las imágenes de Mario Sorrenti de Kate Moss en los años ’90 son el epítome de un estilo youthquake que no estuvo exento de controversias. A las clásicas imágenes para Calvin Klein en blanco y negro o sepia, se le sumaron las críticas por promover un look demasiado delgado para las mujeres, coronándose en los medios como el llamado “heroin chic”. Pero más allá de Mario, fue su jovencísimo hermano y también fotógrafo Davide quien no solo capturaba el estilo real, sino también lo vivía. Y ahora podremos saber más con el documental See Know Evil.
Todos los artistas musicales o del cine toman en algún momento el camino de relatar sus vidas y carreras a través de sus memorias. El estilo es diferente en algunos casos y la mayoría va desde su infancia hasta el momento actual que viven, sin dejar de lado detalles sabrosos que la mayoría no sabe. Así esperamos sea Face It, el libro que tendrá la biografía de Deborah Harry, una de las cantantes más famosas de todos los tiempos, líder de Blondie y la mujer más sensual del punk.
En 1976, David Bowie llegó a Berlin junto a su amigo Iggy Pop para vivir un periodo reconocido musicalmente, lleno de hitos urbanos y lugares que aun se mantienen recordando esta época de gloria. Fue ese mismo año cuando Pop conoció a la joven fotógrafa Esther Friedman, con quien iniciaría una relación sentimental y quien lo capturaría mejor que nadie a través de las calles de la reconocida capital alemana.
