Sus trajes cruzados color pastel, labios rojos y pelo bien cuidado ya eran reconocibles cuando Duran Duran emergía como parte de una nueva subcultura musical ligada a la estética. Junto a otros como Spandau Ballet y Culture Club, la banda inglesa era símbolo de una nueva energía musical que no temía llevar accesorios o prendas más femeninas, diluyendo un poco la línea divisoria entre géneros. Nick Rhodes, el tecladista de Duran Duran, ha sido por años todo un símbolo de lo anterior.
Era el más atrevido a la hora de experimentar con maquillaje, pelo teñido o colores en el guardarropas si hablamos de la banda de Simon Le Bon. Rhodes incorporó varios elementos a su estilo que hoy vemos como parte fundamental de la corriente new romantic; hasta su traje de novio cuando se casó con la modelo Julie Ann Friedman fue rosa satinado, al estilo antiguo con cola atrás y sombrero de copa. Antes de convertirse en un icono de moda y música, el británico era diseñador de vitrinas. Todo lo que ganaba lo invertía en prendas de diseñadores para cultivar una cuidada imagen, una que lo llevó a ser llamado dandy; desde Gaultier hasta Yamamoto, todo cabía en su guardarropas.
A principios de los ’80, como parte de Duran Duran y una gira para hacerlos reconocidos en Estados Unidos, logró cruzar su camino con el de Andy Warhol y nunca más se despegaron. Era su amigo y confidente, apareciendo con ello en portadas de su revista Interview y en numerosas fotografías de fiestas de aquellos años. Luego de 40 años desde la formación de su banda, Rhodes sigue conquistando el mundo a punta de una estética inigualable, que por supuesto ha mutado su estilo de cabellos pero no su esencia.