Sin sobresaltos, extravagancia o sorpresas en la alfombra roja y en la misma ceremonia, se vivió la edición 84 de los premios de la Academia, los Oscars. Con un desfile de actrices que optaron en su mayoría por colores suaves, donde nunca faltan los brillos y lentejuelas, la exhibición de vestidos hizo a ratos extrañar ese auténtico impacto que provocaban en años anteriores, cuando se arriesgaban en colores o detalles o incluso, cuando Cher llegaba con sus estrafalarios modelos de Bob Mackie. Hoy los Oscars se convierten en una premiación donde las protagonistas optan por algo seguro, y que si no fuera por la llegada de Gwyneth Paltrow con el comentado traje blanco, casi no habría dejado mucho que comentar.
Tenía que ser Tom Ford el que vistiera a la más aclamada de la noche, Gwyneth Paltrow. Un vestido blanco con capa sacado directamente desde la colección otoño/invierno 2012 –que aun no dada a conocer ante la prensa-, fue el que más drama y originalidad llevó hasta la transmisión de ayer, que a pesar de ello tenía un sencillo color blanco y una estructura definida. Antes de la llegada de Paltrow, fue Jessica Chastain en un Alexander McQueen negro con bordados en dorado, el que destacó levemente del resto por su elegancia. Penélope Cruz también dio su cuota de glamour de vieja escuela, con un vestido de Armani Privé en color gris celeste que recordó la era de Grace Kelly/Sophia Loren a la perfección, mientras todos comentaron la belleza de Emma Stone en un Giambattista Valli color rojo, que parecía estar inspirado en el Balenciaga que Nicole Kidman llevó el 2007, o el Gucci que Jennifer Lopez lució en la gala MET el 2011.
Las tendencias que se mostraron en general, estuvieron al borde de los años ’20 o ’40. Penelope Ann Miller en Badgley Mischka y Octavia Spencer en un Tadashi Shoji parecían ir de acuerdo a la época del art decó con dispares resultados. Milla Jovovich en un impecable Elie Saab, Jane Seymour, Ellie Kemper de Armani Privé y Stacy Keibler en Marchesa dorado iban de acuerdo a los ’40, junto a Tina Fey y Michelle Williams que llevaron trajes de peplo. La comediante usó un Carolina Herrera, mientras Williams llevó un Louis Vuitton que parecía concordar con el estilo en rojo de Claudio Mansilla al vestir a Gianella Marengo para Viña 2012. Otras como Meryl Streep en Lanvin dorado y Rose Byrne en Vivienne Westwood negro de lentejuelas se veían impecables sin mayores sobresaltos, aunque Anna Faris llevó un vestido Diane Von Furstenberg similar al de Byrne pero con mangas.
Hay quienes se esforzaron por desmarcarse del típico traje de gala a lo Elie Saab, y llevaron su propio estilo. Rooney Mara, quien parece vivir a lo Lisbeth Salander todos los días, ya se consagró como una de las pocas que puede enfundarse en modelo como el de Givenchy de ayer y salirse con la suya. Natalie Portman rindió homenaje a Christian Dior con un modelo vintage de la marca en rojo y lunares negros, mientras Glenn Close combinó su traje largo Zac Posen con una chaqueta de smoking con éxito. Sin embargo, otras como Cameron Diaz en un muy simple Gucci, Bérenice Bejo en un Elie Saab color menta o Viola Davis en un recargado Vera Wang verde, aparecieron como las menos favorecidas por su elección. Y aunque Angelina Jolie haya aparecido en un Versace negro muy simple, supo aprovechar la pierna descubierta y darle elegancia al evento con su presencia, a diferencia de las que llevaron un look similar en la gala de Viña 2012.