El surrealismo en la moda está ampliamente determinado por la figura de Elsa Schiaparelli. La diseñadora que emergió en los años ’30 a través de alabadas colaboraciones con artistas como Dalí y Cocteau, es la misma que ha inspirado a varios otros diseñadores a seguir su original camino, siendo uno de ellos BillyBoy*. Figura enigmática de la sociedad neoyorquina de los años ’80, este diseñador apareció causando revuelo con sus intervenciones en vitrinas de marcas como Fiorucci, pero también ejerciendo las labores de un diseñador de joyas completamente entregado al trabajo de su llamada musa, la misma Schiaparelli.
En su adolescencia recibió de regalo un sombrero de la diseñadora, lo que gatilló su amor por su obra. Desde ese momento, decidió coleccionar cuanta prenda, accesorio y otros artículos hayan sido concebidos por la italiana, quien además figura como su musa personal. Junto a la obra de Schiaparelli –que lo llevó a abrir la primera exhibición en París dedicada a ella en la década del new wave–, BillyBoy* también coleccionaba ropa de Chanel, Cardin y Courrèges, entre otros, al mismo tiempo que decidió estrenar su propia línea de accesorios. Junto a Lala –su pareja, un artista francés llamado Jean Pierre Lestrade–, lanzó en 1984 “Surreal Bijoux”, marca que contó con el beneplácito de todas las figuras influyentes de la sociedad y la moda, desde la misma hija y nieta de Schiaparelli, GoGo y Marisa Berenson, hasta modelos como Lauren Hutton y diseñadores como Yves Saint Laurent y Hubert de Givenchy. Dientes y bocas, autos de juguetes, conchas marinas y muchos otros elementos sirvieron de base para recrear sus fantasías complementarias, las que siempre tuvieron un acabado único.
BillyBoy* se mantiene hoy alejado de la industria, pero sigue coleccionando cuanta prenda con etiqueta famosa exista. El año 2010, le decía a Vogue Italia que se mantiene ideando un museo para desplegar todas sus colecciones, las que también incluyen a Barbie; Billy Boy* fue el primero en abrir un club internacional para adultos que coleccionaban a la famosa muñeca y sus accesorios. Thierry Mugler, Emanuel Ungaro y Hanae Mori, entre otros diseñadores, solicitaron sus diseños para colaborar con sus marcas durante los años ’80, mientras Absolut pidió sus servicios llegando a concretar Absolut BillyBoy*, una colaboración que siguió a la mítica Absolut Warhol en 1988. El famoso artista pop fue uno de los principales impulsores de su carrera artística, junto a otros como Diana Vreeland, quienes creían que la originalidad e ímpetu de BillyBoy* podía alcanzar cualquier proyecto que se plantease, incluyendo a su propia muñeca, Mdvanii.
Fotos: Mdvanii, Fondation Tanagra.
