Pasar de fotografiar elegantes trajes de tul y escenarios perfectos bajo el agua, hasta aviones y niños abandonados por la guerra, de seguro no es fácil. Sin embargo, la legendaria fotógrafa Toni Frissell cuenta dentro de su registro con diversos momentos, convirtiéndola en un ejemplo perfecto de versatilidad fotográfica, que supo capturar de manera perfecta ambos estilos.
La norteamericana Antoinette Frissell primero trató con la actuación antes de convertirse en fotógrafa para revistas como Vogue y Harper’s Bazaar, para las cuales trabajó durante varios años. A principios de 1930, se transformó en todo un símbolo de aquellas publicaciones, y aun cuando nació en cuna de oro no se conformó con mantenerse dentro de la industria de la moda. Para 1941, se convirtió en voluntaria de la Cruz Roja Norteamericana, labor que le permitiría conocer la cruda realidad de la Segunda Guerra Mundial y sus víctimas, muchas veces menores de edad. Frissell también se enlistó en el Women’s Army Corps, así como en la Fuerza Aérea durante este periodo, capturando momentos críticos en la vida de cualquier persona aquejada por la guerra. “Me frustré tanto con la moda, que quise probarme a mí misma que podía convertirme en reportera de guerra”, señaló la artista hace varios años.
Durante épocas posteriores, Frissell también fotografió a famosos como John F. Kennedy y Jacqueline Kennedy, justamente en el día de su matrimonio, en 1953. También estaban Elizabeth Taylor y Richard Burton, hasta Sir Winston Churchill y su familia en los años 60. Gracias a su espíritu aventurero, la fotografía de Toni fue pionera en el estilo libre exterior, aquel que dejaba fuera cualquier norma de estudio y que la tuvo exhibiendo en portadas de revistas de moda a surfistas, playas y días de sol entre amigas.
Fotos: Pleasure Photo,Vogue.