Calvin Klein siempre integró el mundo del cine y la música a su publicidad, gracias a los rostros que sirvieron de modelos para anuncios de jeans, perfumes o ropa. En los ’80 fue Brooke Shields la chica que simbolizó la marca a través de sus pantalones; y en los ’90, un rapero de gran éxito comercial, que además hacía suspirar a las damas, fue el rostro y cuerpo escogido para la línea de jeans y ropa interior Calvin Klein: Marky Mark, el mismo que tiempo después conocemos como el consagrado actor Mark Wahlberg.
Corría el año 1992, y Calvin Klein ya se transformaba en sinónimo de productos para la Generación X. Con ayuda del blanco y negro o sepia utilizado por el lente de Herb Ritts, los anuncios publicitarios de la marca norteamericana venían de la mano de la musa principal de la firma en esa época, Kate Moss, y también de un rudo modelo, encarnado por Wahlberg. Poses sensuales, minimalismo al máximo y sobre todo, la explotación del deseo que provocaba el hoy actor entre las mujeres, fueron el fundamento para que la campaña de ese año se convirtiera en todo un éxito, y los anuncios de Calvin Klein llegaron a formar parte habitual de las grandes vallas del Madison Square Garden en Nueva York, reservadas solo para firmas de gran éxito.
No solo una Kate Moss de 18 años se transformó en un suceso a través de esta campaña; Mark Wahlberg consiguió su anhelado paso al cine luego de este éxito, y además aseguró la popularidad de los boxers blancos con la marca en la parte superior como la nueva prenda sexy a utilizar por hombres de todo el mundo. Incluso, llevó a que esta prenda se transformara en la respuesta al sostén cónico de Madonna en cuanto a ropa interior masculina, siendo mostrado con jeans anchos en la figura de varios en la calle. Durante aquella época, Mark apareció en entrevistas indicando que no era muy fan del look ultra delgado de Moss, asegurando que su gusto estaba más “en las mujeres con curvas”. Sin embargo, juntos y por separado se transformaron en estrellas.