Ya hemos hablado de algunas de las tendencias que inminentemente se nos vienen esta nueva temporada, como las mezclas de flores y el jean con jean. Sin embargo, no son las únicas dos opciones que tenemos. Una de las tendencias controvertidas del actual panorama, no necesariamente por su estridencia, es el color camel.
Cercano al beige, al tostado y al nude (antecedente directo de la actual fiebre camel) , este color, o más bien gama de colores, es sin duda una opción que ha estado siempre ligado a la ropa más conservadora. Aunque mucha gente lleva toda una vida usando estos tonos, para las fashionistas es dificil empezar a usarlo porque nos conecta demasiado a lo aburrido del beige, al pantalón Dockers, a la cotona de escolar, al trajecito dos piezas con perlas, y en general, a prendas que nos sugieren looks demasiado ligados al conservadurismo más acérrimo. Al ser un color tan increíblemente neutro, (no tiene las connotaciones inocentes y puras del blanco, la fuerza del negro ni la sofisticación del gris) ha estado tan fuera del espectro fashion que, por esas cosas del destino y de las contradicciones de la moda, ahora llega y se transforma en cool. No sólo en cool, además, sino el indiscutido color del verano nuestro y el invierno boreal, y además, amenaza con quedarse largo tiempo. Es cosa de mirar los desfiles del recién pasado NYFW para verlo.
Claro, para que el Camel tenga actitud, debemos saber como usarlo. Vamos con una pequeña guía para navegar con éxito por los mares del camel.
El camel como complemento del denim (o del azul): Para mi, la combinación más adecuada y la que mejor da a un look el aspecto 100% actual. Simplemente, una combinación perfecta.
En un total look: Las más experimentadas fashionistas llevan un tiempo largo usando nude y camel de la cabeza a los pies, sin embargo, para el resto de la gente, este proceso ha sido más difícil. Mi consejo es usar y abusar de las texturas diferentes, por ejemplo usar camisas de seda con pantalones de tweed, o un vestido de algodón con zapatos de cuero. El cielo es el límite.
Como complemento de cosas difíciles: Colores shocking, estampados intensos, texturas medias ridículas, transparencias. Todo puede ser transformado mediante la fuerza conservadora y neutralizadora del camel, Aunque con límite, eso si. Obviamente, un mini vestido fucsia de lúrex no va a ser apropiado para servicio religiosos si se complementa con zapatos camel, se entiende.
En accesorios: Para aquellas que no quieren hacer ningún tipo de esfurzo en buscar prendas de estos tonos (su fama de anti-fashion es tanta que puede ser incluso difícil de encontrar) lo más simple es partir por los accesorios. Bolsos y zapatos en los tonos están en absolutamente todos lados.
Y por supuesto, con blanco y/o negro: Duplas ganadoras si las hay, el camel en conjunto con blanco adquiere la elegancia rústica que tantos buenos resultados le ha dado por décadas a Ralph Lauren. Con negro, tanto para definir espacios como para cortar la sensación de desnudez, se ve perfecto, sobre todo cuando es en estampados bicolores.