Yusuke Maegawa, nace en Japón y decide trasladarse hacia Londres para iniciar sus estudios en diseño de vestuario el año 2004, finalizándolos este año que paso, en la escuela de Arte y Diseño, Central Saint Martins. La historia de ésta escuela, cuenta como alumnos de paso, a diseñadores tales cómo Stella Mccartney, Alexander Mcqueen o Jhon Galliano.
Este joven diseñador japonés, seduce mediante sus diseños por el carácter, fuerza y misterio que anuda en sus prendas. Observando la última colección de invierno para este 2011 de Yusuke, es innegable encontrar, las siluetas femeninas del Japón. Por medio de sus trazos en la tela, evoca formas y colores encontrados en el kimono.
A pesar, de recibir su formación en el occidente, el diseñador traslada las formas orientales y su concepción de belleza. Para los japoneses, la representación de la mujer, es la búsqueda de un algo maravilloso y fino. La cual es representada, como una persona hermosa, siendo revestida por kimonos y numerosos adornos que evocan los árboles de cerezos. Para el oriente, la belleza de la mujer no está contenida en la voluptuosidad corporal ni menos en la contemplación de un cuerpo desnudo. El desnudo no es algo habitual, la belleza resalta cómo un algo misterioso. Los mensajes no son claros y son los códigos, aquellos encargados de revelar esa belleza que se muestra en penumbras.
Para este diseñador, la imagen y los diseños que revisten sus siluetas, cargan en sus formas y colores, ésta oscuridad que se presenta en su obsesión por el uso del negro. Las telas y texturas que acompañan sus diseños, forman en los cuerpos que reviste ésta sensación de oscuridad, de ocultamiento hacia la belleza. Donde la mujer pareciera ser un ser inseparable de la sombra, hundida en capaz desbordantes, en faldones que enigmatizan su cuerpo, en relieves que sobrecogen. Así, Yusuke, doma la elegancia y la oscuridad, mostrando en sus diseños lo que ocurre cuando dos horizontes culturales se entrecruzan.