Romeu es una revista brasileña online de hombres cuyo nombre proviene de una cita a Shakespeare. Su propuesta es netamente visual, donde busca ser vista como una fuente de inspiración y expresión de imagen masculina. El contenido es compartido por artistas visuales que proponen nuevas ideas de portafolios, que posteriormente son almacenados en la web. En su aniversario recién pasado, juntaron los mejores portafolios para traspasarlos al papel, publicando el primer anuario físico. Las propuestas visuales constan tanto en clásicas producciones de moda con un vestuario significativo, como también en producciones artísticas, que se rozan con el arte, el ballet y otras disciplinas afines.
Los portafolios artísticos rescatan propuestas visuales novedosas para el ámbito de la moda. El portafolio #3, por ejemplo, alberga fotografías de hombres desnudos que están basadas en una larga cadena de citas a la tradición del arte a lo largo de la historia. Es decir, varios de estos novedosos trabajos visuales en Romeu Magazine nos llevan a revisitar a los artistas que hace siglos se preocuparon de trabajar el cuerpo masculino en la escultura, la pintura y el dibujo.
Uno de los primeros cuerpos masculinos con una fuerte carga de sensualidad es la estatua griega del Fauno Barberini. Hoy albergada en la Gliptoteca de Múnich, esta estatua del periodo helenístico —realizada en mármol de Pérgamo y con 2,15 metros de altura— muestra a un fauno, típica criatura mitológica relacionada con el apetito sexual, durmiendo profundamente producto de la embriaguez.
Entre el siglo XVIII y el XIX, el pintor francés Anne-Louis Girodet —discípulo de Jacques-Louis David—, que se dedicó a hacer retratos, también le dio cabida a los cuerpos desnudos. En su obra Sueño de Endimión (1791), Girodet pintó a Endimión durmiendo bañado por la luz que se cuela entre las ramas de un árbol. En la mitología griega, Endimión era un hermoso pastor al que Selene —la diosa de la luna— amó tan apasionadamente que pidió a Zeus lo durmiese para siempre y le diese vida eterna. Por eso, mientras Endimión duerme en eterna juventud, Selene lo observa una vez que cae la noche.
Otro pintor francés de pleno siglo XIX, Jean-Hippolyte Flandrin, se dedicó a pintar cuerpos masculinos. Clásico es su cuadro Desnudo masculino sentado al borde del mar (1855), donde un joven de un atlético cuerpo sostiene sus rodillas con sus brazos mientras apoya su cabeza sobre ellas. Por alguna razón, la pintura se volvió un ícono gay y fue reproducida por varios fotógrafos, entre ellos Wilhelm von Gloeden, Fred Holland Day, Gaetano, Tony Patrioli y Robert Mapplethorpe.
El mismo Robert Mapplethorpe, en pleno siglo XX, fue un fotógrafo que causó muchas controversias con sus trabajos en blanco y negro. Si bien trabajó con desnudos femeninos y masculinos, la gran carga erótica en sus fotografías de hombres generó todo un debate acerca de la financiación pública de las obras de arte polémicas. Sus modelos posan en actitudes sensuales, muchas veces con accesorios que resaltan la propuesta de Mapplethorpe, como flores o zapatos de ballet.
David Hockney, aunque también pintor, abordó los desnudos desde el dibujo. Sus trazos son simples y llanos. Su estilo es inconfundible. El color lo utiliza con todo en sus paisajes, mientras que sus dibujos se quedan en la sencillez del papel.
Con todo, Romeu propone nuevas estéticas visuales masculinas. La cámara captura las tomas de manera ingeniosa. Pero no podemos olvidar que tras cada expresión cultural yace toda una tradición que nos sostiene, con la que dialogamos permanentemente, reinventándola. Si quieres conocer más acerca de la revista que motivó la revisión de referentes artísticos masculinos para escribir este artículo, puedes entrar a romeumag.com.