Will, Hillary, Carlton y Ashley. Estos 4 nombres fueron el ícono de una época donde el estilo personal se abría a fronteras más amplias y donde el pertenecer a una moda única estaba quedando atrás. El príncipe del Rap —o El príncipe de Bel Air—, la serie que daría inicio a una exitosa carrera para Will Smith, fue de las más exitosas y recordadas de la década de los noventa sobre todo por su estilo liviano y distinto a las demás.
La inclusión de los chalecos de traje, las prendas coloridas y estampados mezclados con diferentes texturas abrieron las puertas a una nueva imagen del “rapero”. El príncipe del Rap llegó en un momento en que las redes sociales no existían para compartir y conocer el street style del mundo, por lo que ayudó a derrumbar la imagen del rapero vestido por completo con prendas oversize, joyería pesada y zapatillas escandalosas. Quien fuera quizás visionario de un estilo que hasta hoy se utiliza —hablamos de la mezcla de lo formal con lo deportivo— marcó pauta en la televisión dejando de lado la imagen del héroe de serie televisiva del momento para dar paso a un joven pobre, divertido y travieso que conquistó los corazones de la audiencia.
Quizás el mayor revuelo de la serie vino acompañado del gran apoyo de los seguidores afroamericanos quienes decían por primera vez sentirse representados en la televisión pop de manera normal y no a modo de integración. Siendo hasta el momento casi siempre mostrados como personas de calle, de barrios pobres o vida urbana, en esta ocasión aparecen también los afroamericanos adinerados viviendo la misma vida que cualquier otro americano. Esto causó que Will Smith se transformara en poco tiempo en un ídolo y modelo a seguir para la población de color, puesto que el mismo actor fue con anterioridad un rapero en busca de su gran golpe de suerte. En Los Ángeles, California, lugar donde se ambientaba la serie, comenzaron a verse personas vestidas del mismo modo que Will, siendo las tiendas de ropa de segunda mano las más beneficiadas.
Así, Will Smith —nombre tanto del personaje como del actor— marcó una nueva tendencia en la televisión, abriendo paso a una forma distinta de ver la personalidad del hombre, regalándole la posibilidad de ser más atrevido, tanto en su manera de ser como de vestir.
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