Colaboración María José Olivera
Del brazo de su padre George VI, con un vestido blanco de flores bordadas, un velo largo y delicado, corona y joyas de perlas, así podemos ver a Elizabeth Windstor en las primeras escenas de The Crown.
El director de la serie más cara de la historia, Stephen Daldry, se preocupó no solo de los actores y locaciones, sino que también le quiso dar valor al lenguaje de la moda a través de la contratación de la diseñadora más demandada del momento, Michele Clapton. Ella es la encargada de representar los atuendos de la familia real inglesa en la época de los cuarenta.
“Es importante investigar al personaje para meterse debajo de su piel, y así saber lo que quieres que el vestido diga u oculte y ayude a definirlo”, declaró a revista Vogue la ganadora de tres premios Emmy por su trabajo en Games of Thrones.
En los diez capítulos de la nueva producción de Netflix se puede apreciar la versatilidad de la reina, el que se refleja claramente en sus atuendos. En la mañana Elizabeth II puede llevar botas, pantalones de montar y un pañuelo en la cabeza; por la tarde, sombrero y traje de dos piezas; y para terminar el día un vestido, guantes de seda y perlas.
Distinto es el estilo que Clapton le asignó a la hermana de la reina, Marget Rose, ya que ella representa a otra clase de mujer, una glamorosa de la post guerra. Esto es interpretado a través del uso de corset, faldas con vuelos y accesorios femeninos.
Por el lado de los hombres, el rey George VI y el príncipe Phillip, visten trajes clásicos en tonos oscuros. Sin embargo, también se puede ver al cónyuge de la reina con ropa más casual como camisa blanca y short beige, en las giras que realiza por el mundo junto a su esposa.
Fotos: Vogue.com/ Netflix