Pocos directores de cine han podido combinar tan bien el mundo camp o el estilo kitsch con historias que enternecen a cualquiera y además, los ponen a cantar. Para el australiano P.J. Hogan todo comenzaría con guiones escritos y cortos ochenteros, pero un salto de culto gracias a “Muriel’s Wedding” (1994). La película protagonizada por Toni Colette -sí, la misma de Hereditary y tantas otras más-, se contornearía al estilo de las canciones de ABBA y soñaría con un mejor futuro antes que Julia Roberts corriera tratando de captar el amor de su amigo en “La boda de mis mejor amigo”, la obra cúlmine de Hogan en el cine romántico.