Fue un proyecto rechazado y criticado por el nivel de violencia, pero a través de las décadas, sigue firme como un clásico ineludible de una nueva era. “Scarface” o Caracortada fue la versión 2.0 de una cinta gangsteril de los años ’30 protagonizada por Paul Muni, pero con giros en su historia adaptada a un fuerte contexto que hasta hoy es pertinente. Además de la historia, sus actores y más, es la moda y estilo lo que ha dejado a esta cinta en categoría de culto.
Al Pacino se transformó en un inmigrante cubano que obtiene la nacionalidad norteamericana a cambio de asesinar a un personaje de su gobierno. Tony Montana llega a Miami -la cuna de la promesa americana a principios de los ’80-, junto a su amigo Manny (Steven Bauer, ex de Melanie Griffith), con quien promete pasar por los siguientes pasos: “primero viene el dinero, con eso viene el poder y allí aparecen las mujeres”. Así, buscan una respuesta fácil al trabajo duro de lavar platos y se embarcan en una “aventura” de aprovechar el carril de la droga, la que por ese entonces hacía su entrada triunfal en una ciudad decadente llena de vicios y sueños del pibe.
El estilo de cada personaje se acomodó a sus vidas: aquí todos vestían para la vida que querían, las apariencias y el demostrar quién tenía el poder. Montana compró una mansión enorme, le quitó la polola a su ex jefe -Michelle Pfeiffer como una inolvidable y chic Elvira Hancook-, hasta tuvo un tigre de mascota. Pero oscuros secretos y traumas aparecieron en el camino y además, la ambición se convirtió en enemiga del protagonista. Autos, los mejores lentes de sol, el corte de pelo de Elvira, los vestidos de la hermana de Tony (interpretada por Mary Elizabeth Mastrantonio), y por supuesto, la estatua que mostraba la frase favorita de Tony, una que vio un día mirando al cielo: “The world is yours” o el mundo es tuyo.
Fotos: IMDB, BFI, Drafthouse,
