El cine asiático nos ha entregado joyas que no solo deslumbran en cuanto a historia y actuaciones, sino también con su entrañable estética. Wong Kar-wai ha sido uno de nuestros exponentes favoritos si hablamos de esta mezcla, pero hay otros que se impusieron cuando aun estaba en proceso el nuevo cine chino. Kaige Chen fue uno de ellos con su adaptación al cine de “Adiós a mi concubina” (1993), la novela publicada en 1985.
La historia se desarrolla en plena revolución cultural china, con distintas eras en orden cronológico y una amistad eterna que surge en pleno corazón del arte: la ópera. Dos actores y una interpretación magistral se cruzan con tradiciones, cambios importantes y muchos detalles, que el espectador disfruta especialmente cuando se trata de maquillaje, vestuario y canciones. En esta historia, destacó especialmente el protagonista, Leslie Cheung; Cheung se convirtió entre los ’80 y ’90 en un destacado cantante y actor, reconocido por trabajar con los mejores directores de su país e interpretar roles homosexuales en complejas historias. Pero también tuvo un trágico final, que lo vio lanzándose desde la terraza del hotel donde se quedaba el 2003, por causas oficialmente desconocidas pero rumores sobre una posible depresión.
Chen Changmin se encargó del vestuario de esta película, que incluye muchos estilos que van desde el espectáculo hasta la tradición, incluyendo el travestismo en la ópera de Pekín. Gong Li fue otro icono del cine chino que participó en esta cinta, que formaría parte de un pequeño movimiento que mostró internacionalmente no solo el talento local de China, sino también la magia de su cultura, una que también podemos apreciar en otros éxitos que les mostraremos más adelante.
Fotos: Cinema.
