En Chile, el formato de reality show ha permitido encontrarnos con muchos personajes que pululan por programas televisivos sin mucho que ofrecer, o en algunas ocasiones con más drama personal del que esperaríamos. Fuera del intento de “Protagonistas de la Fama” o “…de la Música”, que al final quedó como sólo un intento, no hay mucho que revisar en cuanto a rostros perdurables que se destaquen en otra cosa más que en pololear con/pelear con. En cambio, la señal internacional nos ha entregado una variedad de realities que permiten no sólo encontrar aquellos del tipo cahuinero, sino también otros que van dirigidos al mundo de la moda, estilismo, alta cocina y un largo etcétera. Y es en este grupo en el cual ubicamos a Olivia Palermo, antes una odiosa socialité con cabello perfecto, hoy la it girl que es alabada hasta en Japón por su estilo, y que gracias a esa primera aparición televisiva, logró estar en boca de todos.
De a poco y con pinta de mala onda, Olivia acompañó a la protagonista del ahora cancelado programa The City, la tierna Whitney Port, en su aventura por la Gran Manzana trabajando en Diane Von Fürstenberg. Al principio todo giró en torno a Port, y con el tiempo la trama se centró mucho más en la relacionadora pública-modelo-actriz- diseñadora de joyas y multifacética niña con cara de buena, que ya después se embarcó en un trabajo para Elle Magazine donde comenzó su reinado. Para ese entonces los blogs, revistas e incluso los diseñadores centraron sus ojos en Olivia, comenzaron a hablar de su buen gusto, de su habilidad para combinar llamativos accesorios con clásicas prendas o de su fuerte personalidad que fue el deleite de los telespectadores cuando se encontraba con Erin Kaplan de Elle.
¿Pero qué hace esta niña que sea tan valioso? Junto con llamar la atención con sus alabados looks, ser incluida en listas de la mejor vestida o desobedecer las órdenes de la misma Erin, Palermo también refrescó la imagen de ícono de la moda –aunque por supuesto aun no lo sea-, demostrando que si se puede ser refinada, original y llamativa al mismo tiempo. Thakoon, Prabal Gurung, Topshop y Club Monaco son combinados en su guardarropas sin miedo, mientras colaboró con la diseñadora de joyas Roberta Freymann para lanzar una colección de collares y firmó contrato el 2009 con Wilhemina Models, siendo su primer trabajo importante el representar la nueva línea de Mango para esta temporada. Y todo esto, con sólo aparecer en un reality show. Como para tomar nota.